12 DE OCTUBRE: DÍA DEL RESPETO A LA DIVERSIDAD CULTURAL
La diversidad cultural forma parte de nuestras actividades diarias y nos permite identificarnos como individuos y grupos sociales a través de las manifestaciones culturales. La diversidad basada en el respeto y la comprensión amplía nuestros conocimientos, ofreciendo una mejor manera de entender a los demás a través de sus costumbres y tradiciones.
La defensa de la diversidad cultural representa el respeto por la dignidad humana. Los derechos culturales son parte integral de los derechos humanos, que son universales, indivisibles e interdependientes, y tanto la sociedad en su conjunto como el Estado deben asumir el compromiso de garantizar el respeto por estos derechos y por las libertades fundamentales, en particular, los derechos de las personas pertenecientes a los pueblos originarios.
Hace ya una década que se consideró necesario y fundamental cambiar el significado del 12 de octubre, hasta ese momento «Día de la Raza», hoy llamado «Día del Respeto por la Diversidad Cultural», acorde al valor que asigna la Constitución Nacional y diversos tratados y declaraciones de derechos humanos a la diversidad étnica y cultural de todos los pueblos. En ellos se hace referencia a la igualdad de las personas, otorgándoles la garantía del respeto a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
El 12 de octubre es un día que convoca a distintos organismos a promover una reflexión permanente acerca de la historia y encaminar hacia el diálogo para una diversidad cultural y promoción de los Derechos Humanos de los pueblos originarios.
Una vez más, CICOP se pronuncia para que se garantice el respeto, la dignidad, la justicia social y en contra de la discriminación y de la hegemonía cultural que vulnera los derechos de los pueblos originarios, así como a otros grupos minoritarios.
Es inadmisible que en el año 2020 ciertos sectores de la sociedad, movidos por intereses particulares, promuevan reivindicaciones racistas y xenofóbicas, celebrando la colonización y genocidio por parte de España, degradando la condición humana, olvidándose de lo singular de cada quien y dejando de lado los principios universales, lo cual desdibuja el horizonte de la ética, única dimensión posible en la que pueden sostenerse los derechos humanos.