La semana que se inicia será clave en el calendario que intenta llevar adelante el Gobierno Nacional en aras de avanzar con su proyecto de país y sus posibilidades de continuidad con vistas al escenario electoral del 2019. El tratamiento del presupuesto en el Congreso de la Nación, fijado en principio para el miércoles 24, ha sido denominado con justeza “la madre de todas las batallas”. Se trata de un presupuesto a la medida de las órdenes emanadas del Fondo Monetario Internacional, condición indispensable para que las partidas acordadas sean transferidas engrosando de un modo brutal la deuda externa argentina.
Habiendo considerado para su elaboración, de acuerdo con la presentación del Ministro Dujovne, una inflación promedio proyectada del 34,8 % para 2019, en este proyecto de presupuesto sólo aumentan exponencialmente los servicios de la deuda pública, es decir los intereses que paga el Estado por la deuda contraída. Si bien en la letra más fina hay una estrategia de exponer aumentos en algunas partidas del gasto social, esto se hace a costa de disminuir otras, una suerte de “distribución entre los pobres”. Sin embargo, detrás de esta estrategia, lo que hay en la realidad es una brutal transferencia de ingresos de la población a los acreedores.
En el área de la Salud, se utiliza una estrategia similar, una redistribución del ajuste al interior del monto más general. Disminuyen, entre otras, las partidas destinadas a los programas de Atención de la Madre y el Niño, Investigación para la Prevención y Control de Enfermedades Tropicales y Subtropicales, Prevención y Control de Enfermedades Crónicas Transmisibles, Desarrollo de Estrategias en Salud Familiar y Comunitaria, Atención Sanitaria en el Territorio, Prevención y Tratamientos de Patologías Específicas, así como las erogaciones a la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, dando cuenta de un fuerte recorte primordialmente en los aspectos relacionados con la prevención.
Las negociaciones para lograr la aprobación de este presupuesto, que sólo traerá aparejado una afectación aún más grave en el nivel de vida de grandes sectores de la población al empujar a la pobreza y la indigencia a gran cantidad de ciudadanxs, son en estos días febriles y contra reloj. En aras de la mentada gobernabilidad, es muy posible que la mayoría de lxs legisladorxs termine convalidando esta receta de mayor ajuste y recesión para la población cuyos intereses deberían representar.
Lxs trabajadorxs, las centrales que los nuclean en sus diferentes expresiones, organizaciones del campo popular y expresiones político-partidarias haremos oír nuestras voces en la calle el miércoles 24, tal como lo hicimos en otras oportunidades, las más recientes en las jornadas históricas del 14 y 18 de diciembre 2017, en ocasión de las sesiones por las Reformas Laboral y Previsional. Nos oponemos enérgicamente a este proyecto de presupuesto que refleja claramente las intenciones de la coalición Cambiemos de que el pago a los acreedores internacionales sea a costa del sufrimiento de asalariadxs, jubiladxs y sectores vulnerables.
CICOP estará presente en esa jornada, en consonancia con su posicionamiento histórico como organización gremial, empeñada no sólo en la defensa de la Salud Pública, sino también en los derechos de la población en su conjunto. Lo llevaremos a cabo en el marco de una medida de fuerza de 48 horas que permitirá expresar nuestros reclamos específicos, pero, a la vez, indisolublemente ligados a la situación general.