El 13 de junio del corriente, convocados por el Foro Social de Salud, se reunieron en el hospital Gandulfo de Lomas de Zamora trabajadores y usuarios de la red pública de salud para analizar la marcha del programa Remediar. El objetivo del encuentro era contrastar una primera impresión general sobre la marcha de dicho programa de provisión gratuita de medicamentos en centros de salud del primer nivel de atención con datos concretos de trabajadores y usuarios de esos centros. A continuación reproducimos las primeras conclusiones de ese encuentro.
La impresión previa nos indicaba que dicho programa, instrumentado luego de la gravísima crisis en la provisión de insumos que se registra en los últimos años y que se profundizó luego de la devaluación de diciembre de 2001 representaba una solución parcial para los quince millones de argentinos que no tenían otra forma de acceder a la medicación. La devaluación no sólo no fue seguida de la necesaria ampliación de las partidas estatales para medicamentos sino que éstas en muchos casos fueron reducidas incluso en términos nominales (el presupuesto de salud de Lomas de Zamora, por caso, pasó de 17 millones en 2001 a 12 millones en los años 2002-2003 en momentos en que los precios, según diversas estimaciones trepaban en promedio un 40%).
Algo es más que nada, decíamos. Y ello sin entrar a considerar otros aspectos cuestionables del programa como lo es el hecho de que por imposición del órgano financiador, el Banco Mundial, implicaba mayor endeudamiento público y además el estado tenía vedado aplicar ese dinero a desarrollar la producción pública de medicamentos estando obligado a la salida más onerosa de adquirirlos comprándolos a los laboratorios nacionales y extranjeros.
Otra impresión previa nos decía que la variedad de medicamentos era aceptable para atender las consultas pediátricas pero no lo era tanto en consultas de clínica general y menos aun en ginecología.
Finalmente había quejas sobre la cantidad de medicamentos que, según testimonios coincidentes, se agotan a los pocos días de recibidos.
Lo que sigue son algunas notas del encuentro del que participaron profesionales y pacientes de Lomas de Zamora, Almirante Brown, Avellaneda, José C. Paz, San Isidro, Morón, Merlo, Ramos Mejía y Mar del Plata.
El objetivo declarado del programa de proponerse la reorientación de la demanda desde los hospitales a los centros de salud sólo sirve para encubrir la ausencia de una verdadera política de atención primaria de la salud. Lo cierto es que las farmacias hospitalarias están totalmente desabastecidas y los programas de patologías crónicas han dejado de funcionar. Los pacientes que se atienden en los hospitales son así derivados a los centros de salud para obtener los medicamentos. Pero el hecho del desorden administrativo del sistema hace que el paciente deba ser evaluado nuevamente en el centro de salud. Determinados profesionales no aceptan dar una indicación farmacológica sin ser ellos mismos los que revisan y diagnostican al paciente por temor a acusaciones de mala praxis. Además como las cantidades son insuficientes, muchas veces los centros se niegan a proveer medicamentos a los pacientes que provienen de otros establecimientos con lo cual los pacientes se ven forzados a deambular por distintos centros para obtener los medicamentos (ello siempre y cuando tengan medios para movilizarse).
En muchos municipios se produce además el contrasentido de que el primer nivel de atención está arancelado en forma abierta o encubierta (bonos compulsivos de cooperadora, etc.)
El papelerío que hay que llenar para que en entregas sucesivas se vaya produciendo una adecuación es engorroso y determina que en algunos centros se realice correctamente y en otros no con lo cual la adaptación de los envíos a la demanda real no se produce. Y habría casos en los que a pesar de llenar correctamente los formularios, la prometida adaptación tampoco se produce. Así, en muchas unidades sanitarias siguen faltando en forma regular: antipiréticos, analgésicos, salbutamol, antibióticos, aerosoles nasales y bronquiales, rifocina, deltisona, micostatín, adrenalina en ampollas, broncodilatadores, ácido fólico, hierro, vitaminas, ixosuprina y corticoides, antiespasmódicos, antihipertensivos, antiparasitarios, anticonceptivos, etc.. Ello sin mencionar los psicofármacos y otros medicamentos para patologías crónicas.
Por ejemplo, una unidad sanitaria de Lomas denuncia: corticoides orales (betametasona en gotas) viene un solo frasco por cada caja.
Budesonide en aerosol (para tratamiento del asma) uno por caja.
Mebendazol y mebendazol-tinidazol: escasa cantidad si se tiene en cuenta la alta prevalencia de parasitosis en la zona y que el tratamiento debe hacerlo todo el grupo familiar para que sea efectivo.
Amoxicilina-cefalexina-eritromicina: se terminan varios días antes de que llegue la próxima entrega.
Otra unidad sanitaria se queja de la insuficiencia en la provisión de amoxicilina y cefalexina pediátrica y para adultos, enalapril, penicilina benzatínica, atenolol, ibuprofeno y mebendazol suspensión.
En otra reclaman también antibióticos, antiparasitarios, corticoides orales y tópicos para asmáticos.
Se mencionan casos en los que por no estar presente la persona habilitada para recibir el plan éste no se entrega y hay que esperar un mes. En otros casos también se sospecha de manejo clientelístico donde la medicación se niega a algunos y se da a otros. Se han dado casos donde la ausencia del administrativo que tiene la llave donde se guarda el botiquín determina que ese día la unidad sanitaria no entregue medicamentos. También hay sospechas de que parte de los medicamentos se desvían de los canales normales y aparecen en circuitos de comercialización ya sea por corrupción de los empleados o por que la crisis hace que lo usuarios vendan toda o parte de la medicación para adquirir otros productos de primera necesidad. Así han aparecido medicamentos del programa en ferias e incluso en algunas farmacias.
Los mecanismos de control de la comunidad establecidos en los documentos del programa no se han implementado y en la mayoría de los municipios las autoridades ni siquiera saben de su existencia.
En determinadas unidades sanitarias dicen no recibir el programa a pesar de figurar como inscriptas en el ministerio.
En los casos en los que no existe con tanta preponderancia el manejo clientelar se ha observado que el programa ha provocado fracturas al interior del equipo de salud entre los que lo viven como una solución y los que lo consideran un parche.
El grave desequilibrio producido por la ausencia casi total de provisión hospitalaria gratuita provoca el enojo y la frustración entre quienes se ilusionan con la propaganda oficial que pregona que elRemediar “soluciona” el acceso al medicamento de millones de argentinos.
Sólo un programa integral de provisión gratuita en todo el sistema público, basado en la producción estatal de genéricos podría corregir los vicios del Remediar. En tanto persista su carácter parcial y segmentado creemos que no podrá superar de por sí las falencias apuntadas.
EVALUACIÓN DEL PROGRAMA REMEDIAR
EN FLORENCIO VARELA
Los datos que presentamos corresponden a un corte realizado en cuatro Centros de Salud de Florencio Varela durante el mes de Junio de 2003, con la idea de poder estimar la cobertura del Programa en patologías prevalentes en el primer nivel de atención. Al efecto, las entidades seleccionadas son:
- · Infección urinaria en gestantes
- · Anemia en gestantes
- · Diabetes tipo II
- · Hipertensión arterial en diabéticos
- · Desnutrición infantil
- · Neumonía – Otitis media aguda supurada – Angina pultácea (en niños)
- · Sindromes bronco-obstructivos en adultos y niños
Debido a que muchas patologías podrían ser tratadas con más de una opción terapéutica, tomamos aquellas que tendrían menos posibilidades de ser cuestionadas o rebatidas. La aclaración necesaria que hay que hacer es que los resultados sólo se refieren a este tipo de situaciones, quedando fuera de registro un sinnúmero de enfermedades que requerirían del mismo tipo de medicamentos. Esto significa que si la cobertura es escasa para esta medición, lo sería aún más si se tomaran el total de las necesidades.
Se definieron las siguientes cuestiones:
- · Cefalexina 500 mg.comp.– 40 comprimidos = un tratamiento.
- · Sulfato Ferroso 200 mg.comp.– 60 comprimidos = un tratamiento.
- · Glibenclamida 5 mg.comp.– 90 comprimidos = un tratamiento.
- · Enalapril 10 mg.comp.– 30 comprimidos = un tratamiento.
- · Mebendazol jbe.– 2 frascos = un tratamiento.
- · Sulfato Ferroso gotas — 1 frasco = un tratamiento.
- · Amoxicilina 500 mg. susp.– 2 frascos = un tratamiento.
- · Salbutamol gotas para nebulizar — 1 frasco = un tratamiento.
La correlación realizada entre las patologías referidas y la medicación recibida arrojó los siguientes porcentajes de cobertura:
- · Cefalexina 500 – Infección urinaria = 87 %
- · Sulfato Ferroso comp. – Anemia = 15,8 %
- · Glibenclamida comp. – Diabetes = 7,9 %
- · Enalapril 10 mg. comp. – HTA en DBT = 76 %
- · Mebendazol jbe. – Desnutrición infantil = 8,5 %
- · Sulfato Ferroso gotas – Desnutrición infantil = 71 %
- · Amoxicilina 500 susp. – Neumonía – OMA supurada – Angina pultácea = 53,5 %
- · Salbutamol gotas – Broncoespasmos = 44,5 %
Asociación de Profesionales de la Salud de Florencio Varela
– Seccional de CICOP