EDITORIAL
La pandemia está en expansión
La pandemia por coronavirus se encuentra en plena expansión en nuestro país, afectando de un modo inédito las condiciones de vida de la población. Luego de cinco meses del primer paciente diagnosticado, el incremento significativo de los casos pone en serio riesgo la capacidad de los sistemas sanitarios para dar respuesta a las necesidades de atención. Con epicentro en el área metropolitana, donde se sigue concentrando la gran mayoría de los contagios, la situación evoluciona preocupantemente hacia diversas regiones del territorio nacional, demostrando que no hay lugares exentos de infecciones y que las decisiones deben ir en línea con esa realidad.
Los anuncios realizados por las máximas autoridades de Nación, Provincia de Buenos Aires y CABA, extendiendo la cuarentena tal como estaba hasta ahora por otras dos semanas, da cuenta de la situación imperante, más allá de que sería necesaria una mayor restricción en el movimiento de las personas. Mientras no tengamos posibilidades de contar con vacuna o tratamiento específico que pueda hacer frente a la epidemia, continúa siendo un elemento fundamental en la prevención la disminución de las concentraciones de gente, de los contactos interpersonales y de circulación, sumando a los cuidados personales, de higiene y distanciamiento.
Desde CICOP, venimos insistiendo en que las medidas para evitar que la crisis económica que agudiza la pandemia sea aún más profunda deben tener carácter universal, con una fuerte impronta dirigida a asistir a los sectores más postergados. Para ello, se requiere de recursos que debieran provenir de decisiones políticas firmes, tales como subsidios, prohibición de despidos, suspensiones y rebajas salariales, destinadas a paliar la grave situación existente. La iniciativa del demorado impuesto a las grandes fortunas y las rentas, la suspensión del pago a los acreedores externos, así como la investigación del destino de esos fondos, y la revisión del actual sistema tributario, constituyen herramientas imprescindibles para lograr tal propósito.
Paritaria, una deuda del Gobierno
En el contexto actual, el sistema de Salud comienza a padecer las consecuencias del crecimiento de los contagios, con algunos indicios de saturación muy preocupantes. El incremento de camas y el suministro de insumos para conformar los equipos de protección personal no fueron acompañados por una incorporación concomitante de personal, conformando su déficit un verdadero cuello de botella muy difícil de revertir en esta etapa. A las consabidas necesidades, manifestadas recurrentemente por nuestro sindicato a lo largo del tiempo, se suman las salidas de numerosxs trabajadorxs de la tarea debido a contagios y aislamientos por contactos estrechos.
A partir de esta situación, se ha tornado controvertido definir el nivel de ocupación de los lugares disponibles en los efectores, teniendo en cuenta que, a nuestro criterio, tal disponibilidad debe ser considerada a expensas de contar con todos los elementos para la asistencia, incluyendo el recurso más vital: el personal formado de manera adecuada para brindar el cuidado que se requiere de acuerdo a la complejidad de cada paciente. En una recopilación de información en muchos establecimientos del conurbano durante el fin de semana, hemos registrado un porcentaje de ocupación de camas críticas superior al 80 por ciento, llegando en varios casos a la utilización de su totalidad.
El Ministerio de Salud informó que, al 27 de julio y desde el inicio de la pandemia, 7.581 trabajadorxs de la Salud han dado positivo para Covid-19 en la provincia de Buenos Aires. Tenemos unxs 1.500 infectdxs más en sólo una semana. La suma a nivel nacional ronda los 13.000, componiendo una situación alarmante. Con equipos diezmados, salarios misérrimos y condiciones laborales muy deficientes, será imposible que se resuelva exitosamente el panorama que tenemos por delante. Y la cuestión no se solucionará presionando para colocar más camas en los sectores críticos sin incrementar de una manera similar la planta de personal sanitario.
La escasez de trabajadorxs viene de larga data. Antes del comienzo de la pandemia, CICOP planteaba que faltaban no menos de 2.000 nuevos profesionales para completar los planteles necesarios. Las políticas erráticas en recursos humanos desde hace mucho tiempo han provocado que haya dejado de ser atractivo ingresar o permanecer en el sistema provincial, a pesar de todos sus valores. Los bajos salarios encabezan esta problemática, con sueldos que en su gran mayoría están por debajo de la línea de referencia que plantea la canasta básica de ATE/INDEC, unos $ 69.400 según su última publicación. Los 46.800 pesos de salario inicial no resultan seductores ni mucho menos.
En la última convocatoria ministerial del mes de marzo, ingresaron poco más de 1.900 trabajadorxs al sistema sanitario, de los cuales 650 pertenecen a la Ley 10.471. Más allá de que aún no han cobrado – el Gobierno aseguró que lo harán con los salarios de julio -, es una inyección que debe continuar. Para ello, se requiere la decisión de ampliar los cargos disponibles, incorporándolos en el nuevo presupuesto 2020 aún no debatido, evitando así el retorno a formas de ingreso precarias que ya padecimos años atrás y que costó mucho resolver. Deben incorporarse la totalidad de lxs residentes que terminan su formación de post-grado en breve, así como todxs aquellxs que se postulen y cubran las necesidades actuales.
Estas cuestiones, centrales en nuestros reclamos, debieran ser parte de la discusión en una paritaria que el Gobierno provincial ha decidido no convocar, incumpliendo el acuerdo alcanzado en abril. Además, la persistencia del retraso en designaciones de cargos y funciones que lleva años, la falta de pago de la asignación estímulo de $ 20.000 para lxs trabajadorxs del primer nivel de atención, salud mental y adicciones, la ausencia de avances en el reglamento para las residencias – así como la indefinición ante el reclamo del sector de no llevar a cabo la evaluación de promoción en función de la situación actual -, la no continuidad del abordaje de nuestra situación previsional, son, entre otros, motivos más que suficientes para la decisión de convocar a la Jornada de Lucha del próximo jueves 6.
Jueves 6: Jornada Nacional de Lucha para visibilizar los reclamos
El jueves 6 llevaremos adelante una nueva Jornada de Lucha expresando todos los reclamos que venimos enumerando, exigiendo al Gobierno provincial el llamado paritario para volver a negociar salarios y condiciones laborales, en tanto así lo especifica el último acuerdo firmado. La difícil situación sanitaria que estamos viviendo no estará por fuera de nuestras manifestaciones, habida cuenta de que el abordaje de las problemáticas que aquejan a lxs profesionales de la Salud guarda directa relación con la mejora en las condiciones de atención. En un momento tan complejo, resulta vital volcar recursos adicionales al sistema para asistir de la mejor forma posible a la población afectada.
La jornada la haremos en el marco de una acción conjunta con la Mesa de Organizaciones de Salud del AMBA, espacio en pleno crecimiento que nos viene permitiendo una valoración integral de lo que sucede en salud en el ámbito metropolitano, epicentro de las situaciones más complicadas en esta etapa. Y a la vez, tendrá dimensión nacional a partir de la participación de los sindicatos que componen la FeSProSa Línea Histórica, con actividades a realizarse en Jujuy, Salta, Córdoba y el Hospital Garrahan, compañerxs con quienes compartimos visiones, espacios de lucha y necesidades, fundamentalmente relacionadas con la construcción de una herramienta nacional que refleje fielmente a lxs trabajadorxs de la Salud.
Hemos definido en forma consensuada, en función de la situación epidemiológica y las condiciones en que se está desarrollando la labor en este tiempo, con altísima demanda y escaso tiempo disponible, que las acciones tendrán carácter local y/o regional, con actividades que definirán las organizaciones. Expresiones mediáticas, actividades en las redes sociales, caravanas locales, asambleas y acciones en los efectores serán algunas de las manifestaciones. Las mismas tendrán, como habitualmente, el objetivo de hacer bien visible la acuciante situación sanitaria del país y el reclamo de que las autoridades respondan con las decisiones imprescindibles que este tiempo exige. ¡La Salud no puede esperar!