EDITORIAL
Una pandemia que no da tregua
La pandemia del Covid-19 a nivel mundial registra a la fecha cerca de 35 millones de personas afectadas por la enfermedad y supera el millón de fallecidxs. Los rebrotes que se están produciendo en diferentes países, donde los casos habían disminuido, no deja de ser preocupante. El horizonte de la vacuna aún no tiene certezas en el tiempo y se sigue experimentando con diferentes tratamientos, pero ninguno ha conseguido hasta ahora ser suficientemente eficaz en un número que permita darlo por aprobado clínicamente con el necesario rigor científico. Se trata de un evento en pleno desarrollo, lleno de incertidumbres, cuyas consecuencias aún no podemos medir ni prever.
En nuestro país, donde ya se cumplieron más de seis meses desde la primera declaración de la emergencia sanitaria y la puesta en marcha del ASPO, así como sus sucesivas prórrogas, modificaciones y aperturas, la situación sanitaria continúa siendo grave. Sin disminución de casos en el AMBA, la extensión y el incremento de los números en localidades del interior bonaerense y en otras provincias complejiza el escenario, haciendo difícil cualquier tipo de previsión en cuanto a lo que ocurrirá en los próximos meses. La evolución sigue siendo muy incierta, con debates y posturas que, en la mayoría de los casos, no deja de ser más que una expresión de deseos.
Los sistemas sanitarios de los diferentes lugares continúan exigidos al máximo y no en todos existe la misma capacidad de respuesta. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, con sus dificultades estructurales y sus debilidades, vienen teniendo por ahora una cobertura aceptable, sin dejar de estar sometidos a tensiones cotidianas. No ocurre lo mismo en otras provincias, con sistemas de menor envergadura, tanto a nivel público como privado. En todos los casos, lo que se observa no es más que el resultado de años de desinversión y desfinanciamiento, el desmedro de lo público como un gasto a recortar y las decisiones de privilegiar los negociados por encima del derecho a la Salud de la población.
En este panorama, el cuello de botella continúa siendo el personal sanitario. Son insuficientes en número, están mal pagos, agotadxs por el trabajo diario, sin licencias ni descansos, sobreexigidos y con la angustia que significa el riesgo de enfermarse, ver a sus compañerxs afectadxs en su salud o perder la vida, para luego formar parte de una lista de nombres que no hace más que incrementarse dolorosamente. Sólo en la provincia de Buenos Aires, los datos oficiales al 24/9 indicaban 21.356 trabajadorxs de la Salud contagiadxs y 110 fallecidxs, números que no han sido actualizados por las autoridades ministeriales y que, sin dudas, ya han sido ampliamente superados.
Las movilizaciones llevadas adelante mayoritariamente por el personal de enfermería en CABA, primero el lunes 21/9 y luego, con una participación más amplia y numerosa, el jueves 1/10, constituyen manifestaciones claras de esa situación. Si bien hay reclamos específicos del sector, largamente postergado por las autoridades y por los gremios que deberían representarlo, las expresiones de un malestar más general se repitieron también en otros lugares, involucrando a todxs lxs integrantes del equipo de Salud.
Pobreza, indigencia, desigualdad
La recesión económica que trae aparejada la pandemia golpea muy fuerte a nivel global, produciendo una crisis extensa y profunda. Pero no todos los países y regiones parten de las mismas situaciones ni tienen el mismo potencial de recuperación. América Latina, indudablemente, está en desventaja respecto a otros lugares, por su dependencia económica de las grandes potencias y su vulnerabilidad estructural. Argentina, más allá de similitudes y diferencias con los demás, lamentablemente comparte esas desventajas con los otros países de la región.
En esta semana, el INDEC dio a conocer su informe sobre condiciones de vida de la población. Los números indican que, en el primer semestre del año 2020, la pobreza alcanzó el 40,9 % (11.700.000 de personas), mientras que la indigencia trepó al 10,5 % (3.000.000 de personas). Y si bien en la franja etaria de 0 a 14 años el porcentaje sube al 56,4 %, el mayor aumento se registró en el grupo de 15 a 29 años, un sector particularmente golpeado por la desocupación y los mayores índices de precariedad laboral. La brecha de la desigualdad, medida por índice Gini, ubica en 19 veces la diferencia entre el decil más rico y el más pobre de la población. Se trata de la radiografía dolorosa de una crisis que lleva muchos años, agravada ahora por la pandemia que nos asola.
Las medidas que implementó el Gobierno para intentar paliar estas situaciones, que asomaban como necesarias, se han revelado claramente insuficientes a medida que transcurren los meses y la situación continúa deteriorándose. La red de protección no ha alcanzado, por ejemplo, a jubiladxs y pensionadxs que apenas superan el ingreso mínimo ni a lxs trabajadorxs formales que perciben salarios por debajo de la línea de pobreza. En todos estos casos, se vienen profundizando los padecimientos sociales y económicos, cuestión que tendrá su formulación estadística aún con peores indicadores cuando se analicen los números del semestre que está transcurriendo.
Sin embargo, en la misma semana de la publicación de estos índices, se hicieron anuncios económicos que bajan las retenciones a la soja y sus derivados, así como a los derechos de exportación de la minería. Son decisiones que, una vez más, van dirigidas a beneficiar a quienes no sólo no han perdido en medio de la crisis, sino que en muchos casos continúan aumentando sus ganancias. Mientras tanto, el proyecto de gravar las grandes fortunas aún no ha llegado a tratarse en la legislatura nacional, no hay en el horizonte un proyecto similar que alcance a las rentas ni tampoco se avanza en una reforma tributaria no regresiva. Hacia adelante, en este complejo panorama, sólo habrá mayor sufrimiento para un creciente sector de la población.
Paritaria General, reclamos de CICOP
Después de la primera convocatoria a la Paritaria de la Ley 10430, que tuvo lugar el 23/9 sin que haya habido propuesta de parte del Gobierno provincial, se llevó adelante una segunda reunión el martes 29/9. Allí, se propuso un incremento de 10 % al básico y un 10 % sobre las bonificaciones, alcanzando así un 10 % en el salario de bolsillo a partir del 1/9/20, con reapertura prevista en diciembre. También se planteó el aumento de las asignaciones familiares, pero sosteniendo un tope máximo de acuerdo al nivel salarial.
Todos los gremios rechazaron el planteo con distintas consideraciones, predominando la valoración insuficiente, la no incorporación al salario de los $ 4.000 de inicios de año y que no se contempla ninguna recuperación de la pérdida salarial padecida en los dos últimos años. La comparación con el incremento otorgado hace escasas semanas a la policía bonaerense ante sus reclamos extorsivos, sólo agrega malestar e irritación. La paritaria pasó ahora a cuarto intermedio hasta el lunes 5/10, en horas de la tarde.
CICOP volvió a expresar no sólo su valoración y rechazo, sino también la urgente necesidad de que se convoque a la paritaria específica de lxs profesionales de la Salud enmarcadxs en la Ley 10471. El incumplimiento de lo acordado en abril en cuanto a la reapertura en junio pasado, para volver a discutir salarios y condiciones de trabajo, más el extenso pliego de cuestiones no resueltas pese a los compromisos asumidos, resulta inadmisible. Más inadmisible todavía resulta que el sector Salud no tenga en la agenda de quienes nos gobiernan prioridad absoluta en esta coyuntura.
Viernes 9: Congreso de Delegadxs
Este viernes 9 de octubre se realizará el Congreso Extraordinario que estaba programado para el anterior y debió postergarse por problemas técnicos en la plataforma.
El mismo abordará: a) la situación electoral, considerando el envío de nota al Ministerio de Trabajo ante la prórroga que prevé la resolución 1199/20; elección de junta electoral y nuevo Congreso el viernes 23/10 para reevaluar el proceso y el cronograma electoral; habilitar la conformación de una mesa de conducción transicional hasta las próximas elecciones; b) la discusión de nuevas medidas, después de las Jornadas de Lucha llevadas adelante el 10/6, el 6/8 y el 11/9, con las limitaciones propias de las circunstancias que nos atraviesan.
Las asambleas realizadas en algunas seccionales ya han resuelto medidas locales que se llevarán adelante en esta semana, confluyendo con las acciones convocadas por los gremios estatales para el día martes, en el camino de la construcción de un plan de lucha a nivel provincial.
El próximo Congreso será el espacio para poner en común tanto los debates como los mandatos surgidos de las asambleas desarrolladas en las diferentes seccionales, a fin de concretar acciones y medidas de lucha, así como para avanzar en la situación electoral, con una propuesta integral que permita superar las dificultades que nos atraviesan como organización, honrando nuestra historia institucional y fortaleciendo el modelo sindical que defendemos.