EDITORIAL
Un tiempo muy doloroso
Nos encontramos atravesando las peores circunstancias desde el inicio de la pandemia. El incremento de casos, que en el transcurso de la semana superó varias veces los siete mil diarios, la extensión geográfica a diversas regiones del territorio nacional, el alto porcentaje de ocupación de camas críticas, con la consiguiente posibilidad de saturación del sistema, y la continuidad de contagios en el personal de Salud, con el lamentable saldo de varixs compañerxs fallecidxs, conforman un panorama tremendamente complicado y avizoran una gran complejidad hacia adelante.
Que la cuarentena no exista más, en el decir de los gobernantes, implica dejar de utilizar la única estrategia existente y que arrojó buenos resultados hasta ahora, trasladando la responsabilidad a lxs ciudadanxs a partir de definir que los cuidados individuales serán los que deberán morigerar la difusión de las infecciones. Mientras tanto, lxs trabajadorxs de la Salud nos enfrentamos a una incesante demanda de pacientes que requieren de una atención que estamos en dificultades de brindar debido a contar con planteles diezmados y altamente afectados por la pandemia.
En ese sentido, más de 10.000 trabajadorxs sanitarios infectadxs y 48 muertxs por coronavirus en la provincia de Buenos Aires constituyen una situación muy angustiante. Como venimos planteando desde el inicio de la emergencia sanitaria, el personal que se encuentra dentro de los grupos de riesgo no debiera estar en relación directa con la atención. El derecho que tiene el resto de lxs trabajadorxs estatales a no hacer tarea presencial a partir del decreto respectivo también debiera aplicarse para Salud. La inmensa mayoría de lxs trabajadorxs que fallecieron en esta etapa tenían comorbilidades que lxs hacían susceptibles de enfermar gravemente.
La decisión tomada por las autoridades puso en riesgo la salud de decenas de compañerxs que debieron haber sido preservadxs. No alcanza con los eventuales acuerdos que se realicen en cada lugar; debió haberse atendido el reclamo de CICOP – así como de otros gremios -, que tuvo diversas formas y que no dejamos de hacer en ninguna de las instancias en las que nos encontramos con lxs funcionarixs, desde el inicio mismo de la pandemia. En la paritaria, en cada una de las sesiones del Comité de Crisis, en reuniones con el Ministro Gollán y el Viceministro Kreplak, en nota conjunta con SSP y ATE, entre otras formas, se activó una exigencia que sólo encontró negativas.
El Consejo Directivo Provincial, en su reunión del pasado viernes 14, deploró la decisión oficial de exponer al personal con factores de riesgo y definió una campaña específica para lograr que lxs trabajadorxs en esas condiciones tengan la posibilidad de evitar contagiarse. En la última semana, cada día tuvimos que lamentar el deceso de compañerxs que se infectaron trabajando y no pudieron recuperarse. Eso es lo que intentamos impedir que sucediera, habida cuenta de la experiencia que recogíamos de lo sucedido en otros países anteriormente y que el Ministerio de Salud provincial no quiso escuchar.
A la vez, tampoco fue atendido el pedido de licencias para progenitorxs con hijxs a cargo, discriminando a lxs trabajadorxs de la Salud y vulnerando los derechos de lxs niñxs a ser cuidadxs adecuadamente en tiempos del prolongado receso escolar. Es otra de las problemáticas pendientes que debieran resolverse en un tiempo perentorio, poniendo particular énfasis en resaltar que gran parte del personal en esta situación son mujeres solas a cargo de sus hijxs.
La otra cuestión fundamental en este tiempo es la ocupación de las camas críticas, principalmente en el conurbano. De acuerdo a las consultas que venimos realizando con nuestras seccionales, tanto el primer como el segundo cordón tiene un alto porcentaje de plazas ocupadas, siendo en todos los efectores por encima del 80 por ciento y, en varios casos, llegando a la ocupación completa. Más allá del dinamismo de los números, teniendo en cuenta que a diario se van modificando, la realidad es que nos encontramos bastante cerca de la saturación, con los riesgos que ello implica.
La valoración de la disponibilidad de las camas no puede estar desligada de los recursos que se requieren para un funcionamiento acorde a la necesidad. El aumento de los lugares para internación debe contar con todos los elementos para ello, esto es respiradores, monitores y todos los insumos para la asistencia. Y, esencialmente, es imprescindible que tengan los recursos humanos con el conocimiento y la experticia que la tarea demanda. No se pueden contabilizar camas disponibles si no se cuenta con lxs trabajadorxs, verdadero cuello de botella de la atención específica.
Hacia la construcción de una nueva Jornada de Lucha
En la semana que pasó, tuvimos el importante anuncio de que nuestro país, junto a México, comenzará la producción de una de las vacunas en fase de ensayo clínico para prevenir las infecciones por Covid-19. La información nos permite abrigar expectativas de contar con una herramienta formidable para hacer frente a una pandemia que vienen causando estragos en el mundo entero. Además, de lograr completar la investigación aún en curso, se hará posible contar con la misma en cantidades razonables no sólo en Argentina, sino también en la mayoría de los países de Latinoamérica.
Ahora bien, la perspectiva de disponer de una vacuna para los primeros meses de 2021 no debe promover que decaigan todas las defensas que tienen que establecerse para llegar a ese momento con el menor daño posible. Para ello, sigue resultando indispensable el fortalecimiento del sistema sanitario, lo que permitirá generar las mejores respuestas y favorecerá las condiciones de abordaje de los problemas de salud con buenas perspectivas. Lamentablemente, no es lo que ha venido ocurriendo en la temática de los recursos humanos, el talón de Aquiles de un sistema que padece años de deterioro.
Por eso, la no convocatoria paritaria para discutir salarios y condiciones laborales, motivo central en las dificultades para conseguir incorporar trabajadorxs al sistema, provoca en lxs profesionales de la Salud un importante malestar. No haber cumplido con el acuerdo alcanzado en abril, que definía un nuevo llamado para el mes de junio, es un muy mal precedente para el futuro inmediato. Debiéramos estar negociando salarios, ingresos de personal, confirmación en las incorporaciones de lxs residentes que egresan este año, nuestra situación previsional y todo lo que hace a un mejor abordaje de la pandemia, pero no es lo que está ocurriendo.
No alcanza con la explicitación de la falta de recursos financieros. La cuestión depende, sobre todo, de las decisiones políticas que se impulsen. Venimos sosteniendo que es preocupante que pareciera haber quedado en el olvido la idea de avanzar en gravar las grandes riquezas y las rentas. También que se vuelva a perder una valiosa oportunidad de investigar los destinos de los fondos que provienen de los acreedores externos, garantizando una definición y un cronograma de pagos que lo avala. Y la necesidad de discutir un esquema tributario que afecta más significativamente a quienes menos tienen. De allí debieran provenir los recursos para vigorizar las políticas públicas y las áreas sociales.
En la reunión del último Consejo Directivo, se decidió promover una nueva Jornada de Lucha a construir en los próximos días. Con la voluntad de articular acciones con las organizaciones de la Mesa de Salud del AMBA, con los sindicatos de FeSProSa Línea Histórica y con todos aquellos con bases reales dispuestxs a pelear por nuestros derechos y el derecho a la Salud de la población. Con esa iniciativa, nos disponemos a llevar adelante una lucha que intentará honrar la memoria de lxs compañerxs fallecidxs en cumplimiento de su labor, haciendo hincapié en la responsabilidad de las autoridades en gran parte de las situaciones padecidas.