EDITORIAL
Una pandemia que no da tregua
La pandemia de Covid-19 que azota nuestro país y el mundo desde los inicios del año 2020, además de la crisis en la que nos ha sumido, ha puesto a la Salud en las agendas públicas y los titulares de los medios de comunicación como nunca antes. Su origen, desarrollo, expansión, las personas afectadas y quienes han perdido la vida, los posibles tratamientos y, en estos últimos meses, las diferentes vacunas para prevenirla, se han convertido en tema diario de discusión de quienes nos gobiernan y de la población en general.
Asistimos en estos días a un nuevo crecimiento exponencial de contagios en los principales países de Europa, en Estados Unidos y en los países que nos rodean, particularmente en Brasil. En nuestro propio territorio, observamos alarmadxs la velocidad en la duplicación de casos y del número de fallecidxs, particularmente en el AMBA, a pesar de estar en condiciones estacionales que deberían haber mitigado ese crecimiento, según vimos lo que fue la experiencia reciente en el hemisferio norte.
En forma paralela, se continúa experimentando con tratamientos y se avanza con la aplicación de diferentes tipos de vacunas, con las dificultades que ello conlleva. A la imposibilidad de contar rápidamente con números significativos de producción, adquisición y distribución, se le suma la enorme inequidad que se pone de manifiesto entre países y regiones, sin dejar de señalar el aumento de ganancias extraordinarias para laboratorios e industrias farmacéuticas, grandes ganadores en esta crítica coyuntura.
Como lo venimos diciendo y escribiendo en nuestras Circulares, la pandemia ha venido a revelar también la fragilidad de los sistemas sanitarios, su capacidad de respuesta y su infraestructura, todo ello directamente relacionado con los presupuestos que se invierten para fortalecerlos. Del mismo modo, resulta claro que han sido los efectores públicos de todos los niveles y sus trabajadorxs quienes han cargado sobre sus espaldas la atención mayoritaria de la población en circunstancias extraordinarias, dando lo mejor de sí, a costa de su condición sanitaria e, incluso, de su propia vida.
Aun así, el reconocimiento debido a lxs trabajadorxs de la Salud está pendiente en la consideración de quienes ejercen el poder. Continúan siendo inaceptables la escasez de personal, los salarios a la baja, las condiciones de contratación y muchos de los lugares donde se desarrollan las tareas. Sigue siendo inadmisible que los discursos acerca de la “esencialidad” que se les atribuye no se condigan con políticas públicas serias y sustentables en el tiempo, que hagan del derecho a la salud y de los derechos laborales cuestiones ineludibles a la hora de tomar decisiones.
Las deudas con lxs trabajadorxs de la Salud bonaerense
A lo largo del año 2020 y desde el inicio de la pandemia, el Gobierno provincial centró sus esfuerzos y recursos en ampliar las instalaciones de algunos hospitales provinciales, sumar camas y equipamientos, y abrir lugares de aislamiento para la población afectada, todas decisiones adecuadas y necesarias. No ocurrió lo mismo con la incorporación del personal, que resultó insuficiente y en condiciones precarias en la mayor parte de los casos.
Por otro lado, fue a nuestra instancia y por el acuerdo paritario del mes de abril que se logró la convocatoria al Comité de Crisis provincial y se impulsaron comités de crisis locales, con participación de las organizaciones de lxs trabajadorxs. Así, tras muchos reclamos, se pudo garantizar la provisión de los Equipos de Protección Personal necesarios, los insumos, las instancias de capacitación y la organización en cohortes, así como el abordaje de algunos problemas puntuales que fueron surgiendo en los diferentes lugares.
El año 2021 comenzó con una convocatoria a la paritaria general del Estado Ley 10.430, de la que forman parte algunos gremios del sector Salud, entre ellos CICOP. La propuesta presentada por el Gobierno fue considerada insuficiente por la mayoría de los sindicatos, dado que los salarios continúan sin recuperar su poder adquisitivo. Pasar al básico la suma de $ 650 del primer bono de $ 4.000 otorgado en el mes de febrero, más un aumento del 1 % en el básico y las bonificaciones, así como asignar otro bono de $ 4,000 en dos tramos para quienes tienen salarios por debajo de los $ 35.000, no representa una mejora significativa para lxs estatales bonaerenses. A pesar de que las autoridades expresaron que no había otra propuesta, el reclamo público de la mayoría de las organizaciones logró abrir una nueva instancia, que tendrá lugar este lunes 11/1 a las 17 horas.
Si se cierra finalmente la paritaria de la Ley 10.430, según el compromiso asumido en el mes de diciembre pasado, lxs profesionales de la Salud Ley 10.471 deberíamos ser convocadxs a nuestra paritaria específica. Además de la necesaria continuidad de la discusión salarial, persisten pendientes de abordaje los otros puntos de nuestro extenso pliego de reclamos: regularización de la situación salarial de la totalidad de lxs compañerxs interinizadxs el 1/10/20 y de las jefaturas de residentes, resolución de expedientes de interinización de becarixs y concursos ganados, situación previsional, leyes de excepción y reglamento de residencias, entre otros.
Urge asimismo resolver la situación de lxs compañerxs de las dos leyes que fueron incorporadxs durante la pandemia bajo la modalidad de becas IRAB y de contingencia, a quienes se pretende dejar sin trabajo o reconvertir para otras tareas por poco tiempo, mientras persisten sus condiciones de precariedad laboral. Su labor en los diferentes efectores continúa siendo necesaria ya que los planteles, que estaban diezmados antes de la pandemia, no debieran ser desguazados en el momento en que vuelven a aumentar las consultas por Covid-19, además del resto de las patologías que requieren atención.
Aplicar un ajuste sobre el personal de Salud es una decisión inentendible y desafortunada, que exigimos que el Gobierno revierta. Así lo discutió el Consejo Directivo Provincial que tuvo su primera sesión del año el viernes 8/1, resolviendo además hacer un relevamiento de las diferentes situaciones en cada lugar para elevar reclamos concretos a las autoridades ministeriales, así como el abordaje de las distintas problemáticas que afectan el funcionamiento del sistema sanitario y que requiere soluciones definitivas.
Plan de vacunación y medidas de restricción
En estos días, se ha puesto en marcha, a nivel nacional y en las diferentes jurisdicciones, la primera etapa del plan de vacunación, destinado a inmunizar a lxs trabajadorxs de la Salud. Considerando la gran cantidad de compañerxs que se contagiaron, aquellxs que están transcurriendo la enfermedad o sus secuelas, y los más de doscientos que han perdido la vida, esta es una muy buena noticia para el personal sanitario y para la población en general.
Lamentablemente, a pesar de nuestros reclamos, los gremios no hemos recibido información de primera mano ni hemos sido parte de la organización de este plan, constituyendo otra oportunidad perdida de trabajo conjunto y mayor fortalecimiento del sistema. Tardíamente, recién en la próxima semana y a instancias de los representantes de las organizaciones sindicales, el Comité de Crisis central llevará a cabo un encuentro informativo al respecto, con participación también de los Comités de Crisis locales.
Mientras tanto, se viene incrementando desde hace varias semanas la falta de cumplimiento de las necesarias medidas de protección en gran parte de la población. Desde las más elementales, como el uso del barbijo o tapabocas, hasta el aumento sostenido de la circulación en las calles y en el transporte público, las aglomeraciones en lugares de veraneo y las fiestas clandestinas, una marca de la temporada turística en distintos lugares del país. Se fomentaron y permitieron aperturas en aras de no agravar la situación económica de algunos sectores y resulta difícil ahora cualquier retroceso. Los anuncios efectuados en las últimas horas, dejando libradas las decisiones a cada jurisdicción en base a indicadores de riesgo, no parecen tener suficiente peso como para modificar estos escenarios.
El aumento de contagios encuentra al personal de la Salud en peores condiciones que al principio de la pandemia o cuando estuvo exigido al máximo de sus posibilidades. Sin haber podido acceder más que a unos días de licencia a pesar de los reclamos presentados para ampliar ese derecho – el Gobierno incumplió el compromiso de convocar a nueva Mesa Técnica para presentar propuesta al respecto -, exhaustxs después de muchos meses de trabajo sin descanso y con una escasez de personal que no sólo no se ha solucionado, sino que va en camino de agravarse, la situación se torna altamente preocupante.
Lo que ocurra en los próximos días nos dará un panorama epidemiológico más acabado, tanto de la mayor demanda sobre el sistema sanitario como de la intención de las autoridades de avanzar o no con medidas más eficaces que las que se proponen hasta aquí. En estas circunstancias, habrá que seguir con suma atención lo que suceda, alzando nuevamente nuestra voz como organización de trabajadorxs de la Salud.
No es posible privilegiar intereses económicos, aun entendiendo la gravedad de algunas situaciones, por encima de lo sanitario. Se requiere, en todo caso, no discontinuar sino ampliar las medidas de protección para pequeñas y medianas empresas, trabajadorxs precarizadxs y con ingresos por debajo de la línea de pobreza, sosteniendo las políticas sociales para los sectores más vulnerables. De otro modo, estaremos ante un escenario no deseado y de consecuencias impredecibles.