EDITORIAL
El tiempo de la discusión con lxs profesionales de la Salud
Finalmente, ante nuestros reclamos, se abrirá la paritaria de la Ley 10471. La última instancia formal se había llevado adelante el 10/12/20, con una propuesta que, aceptada en disconformidad por el Congreso de Delegadxs, significó en promedio un aumento del 35,6 % respecto a los salarios de diciembre 2019. Allí también se acordó una nueva convocatoria a posteriori del cierre de la paritaria Ley 10430, ocurrida el pasado 11 de enero.
Los números oficiales del INDEC arrojaron un 4 % de inflación para el mes de diciembre pasado, sumando un total de 36,1 % para el año 2020. Los rubros de alimentación y salud superaron esas cifras en el último mes del año, de tal modo que la canasta básica total alcanzó el 39,1 % y la canasta básica alimentaria el 45,5 % de aumento interanual. Esos rubros son los que afectan particularmente a los sectores más vulnerables y a lxs asalariadxs, que ven así disminuir a diario su poder adquisitivo.
En cuanto a lxs profesionales de la Salud bonaerenses, el salario de ingreso a la Carrera Hospitalaria se ubica hoy en $ 52.784, por debajo de los $ 54.208 de la canasta básica oficial y muy lejos de los $ 78.827 que la Junta Interna ATE-INDEC consideraba para el mes de noviembre pasado. La apertura de una nueva discusión paritaria es una oportunidad para avanzar en la tantas veces reclamada y postergada recomposición salarial que contemple tanto al ingresante como a quien lleva varios años ejerciendo su profesión en los hospitales públicos. Se trata de un retraso que venimos padeciendo en los últimos años y comenzar a saldarlo es lo que corresponde hacer en este tiempo en el que lxs trabajadorxs de la Salud hemos demostrado con creces nuestra responsabilidad y compromiso, asumiendo los riesgos de la hora a costa de la salud y, en los casos más lamentables, de la propia vida.
Debemos abordar también las cuestiones pendientes que hacen a condiciones laborales y a derechos conculcados. Hay urgencia de resolver la posibilidad de que accedan a días de sus licencias ordinarias y complementarias quienes necesitan recuperar fuerzas para enfrentar los meses que vendrán, con la incertidumbre del desarrollo epidemiológico que tendrá el covid-19 a futuro. El retraso inaceptable de los expedientes de becarixs y concursos ganados no resueltos, con el agravante, en muchos casos, de una nueva solicitud de documentación después de tantos años, requiere de una decisión política que cese de perjudicar a lxs compañerxs, vulnerando derechos adquiridos.
Además, se requiere de las autoridades provinciales el compromiso de impulsar las leyes de excepción para regularizar la Carrera, así como poner en marcha las modificaciones en el Reglamento de Residencias que ya fueron acordadas. Asimismo, el incumplimiento de la convocatoria a la Mesa Técnica Previsional debe ser saldado en forma inmediata. Es necesario discutir propuestas que reviertan la apropiación indebida del 2 % con fines previsionales que hace el Gobierno provincial sobre nuestros salarios por la vigencia del Decreto de Desgaste Laboral, sin que podamos acceder a los derechos que allí se establecen. También es necesario discutir cómo prevenir ese desgaste, largamente acreditado, con medidas como guardias de 12 horas y el pase a planta, sin pérdida salarial, después de determinada cantidad de años ejerciendo la función de guardia.
En la misma línea que la Organización Mundial de la Salud, el Gobierno provincial declaró que el 2021 es el “Año de la Salud y del Personal Sanitario”. En los fundamentos de la declaración se menciona “el reconocimiento y la gratitud a los y las trabajadoras del área por su conciencia, trabajo y compromiso en favor del bien común por la labor desarrollada”. Lxs trabajadorxs de la Salud reclamamos, una vez más, que ese reconocimiento se haga efectivo y concreto, con salarios acordes, condiciones de trabajo adecuadas y el abordaje con capacidad de resolución de todas las cuestiones que comprometen el funcionamiento del sistema sanitario.
El Plan de Vacunación en marcha
La pandemia del covid-19 que asola el planeta ha afectado hasta aquí a 96 millones de personas que han padecido la enfermedad con mayor o menor gravedad y más de 2 millones han perdido la vida. Estos números no dejan de incrementarse a diario en diferentes países, particularmente en los del hemisferio norte. Nuestra propia situación aún se presenta difícil y es necesario seguir con atención esta estabilización que hemos observado en los últimos días. Los números, de todos modos, continúan siendo muy altos y el panorama de los próximos meses sigue siendo incierto.
Por otro lado, la carrera científica por encontrar vacunas que mitiguen sus efectos se ha desarrollado en muy poco tiempo, llegando a resultados que han permitido iniciar la aplicación de varias de ellas en diferentes lugares y con distintas estrategias, esperando en todos los casos que se avance con la inmunización necesaria de la mayor cantidad de población posible. Una preocupación es el acceso desigual a la vacuna a expensas de la diferenciación de los recursos disponibles en diversas regiones del mundo.
En Argentina, el 29 de diciembre pasado comenzó a aplicarse la vacuna Sputnik V al personal de Salud. De las primeras 300.000 dosis recibidas a nivel nacional, 123.000 correspondieron a la Provincia de Buenos Aires y está ahora en marcha la aplicación de la segunda dosis a quienes ya recibieron la primera. El complejo proceso se desarrolla con las dificultades propias de eventos de esta naturaleza. Ahora se aguarda por la continuidad de las entregas y su distribución más amplia, debiendo en primer lugar completarse la inmunización de todo el personal sanitario, de todos los niveles.
La necesidad del involucramiento de las organizaciones de lxs trabajadorxs de la Salud en el programa fue planteado tempranamente por CICOP en forma pública y también en el Comité de Crisis provincial, en conjunto con otros gremios. El Comité resolvió elaborar una recomendación, cuya redacción final está en curso, para que en todos los hospitales públicos provinciales y en los municipios los Comités de Crisis locales jueguen roles activos en el programa de vacunación. Estamos convencidxs de que tenemos mucho para aportar en los efectores y en los territorios para que el desarrollo de la necesaria inmunización sea más ágil y efectiva.
A nivel global, estos enormes y bienvenidos avances científicos también significan un aumento exponencial de ganancias para laboratorios multinacionales y complejos farmacéuticos. Por otro lado, está a la vista que los países del hemisferio norte avanzan a diario en la protección de su población tras acaparar la mayoría de las dosis disponibles, mientras que en América Latina y África el proceso apenas está comenzando. Esto no sólo da cuenta de una inequidad escandalosa sobre cuestiones que tendrían que ser declaradas de utilidad pública y sin fines de lucro, sino que además pone en riesgo la lucha contra la pandemia, con el consiguiente padecimiento de grandes sectores de la población mundial, prolongando así la crisis sanitaria y económica en que estamos sumidxs.
El debate necesario sobre el Sistema de Salud
Nunca como ahora el tema de la Salud ha estado en las agendas públicas, en los titulares de los medios de comunicación y en las discusiones cotidianas. La pandemia también vino a revelar las deficiencias e inequidades del sistema, la asignación de presupuestos escasos y la situación de lxs trabajadorxs de la Salud, verdadero talón de Aquiles del mismo. En nuestro país, todas estas cuestiones se arrastran sin avances en resoluciones de fondo desde hace muchos años, constituyéndose en problemas estructurales.
Hace algunas semanas, desde distintos estamentos del gobierno se manifestó públicamente la necesidad del debate para pensar una reconfiguración del Sistema de Salud y avanzar hacia una integración del mismo que, a la fecha, incluye tres subsistemas: el Público, el Privado y el de la Seguridad Social, con una fuerte vinculación entre el sistema de Obras Sociales y el sector privado. A eso, hay que sumarle la fragmentación al interior de cada subsistema que, en el caso del ámbito público, depende además de diferentes jurisdicciones, con escasa articulación entre sí.
CICOP tiene una larga tradición de defensa irrestricta de la Salud Pública universal, gratuita, accesible y de calidad. A nuestro criterio, se debiera avanzar hacia un sistema único de Salud de dimensión nacional que garantice estos criterios. Este posicionamiento no desconoce los intereses en juego cuando se habla de lo Privado y de la Seguridad Social. Es conocido el auxilio que se le presta desde las arcas públicas, de diferentes maneras, a estos subsectores. Sin ir más lejos, el Gobierno nacional acaba de otorgar 227,7 millones de pesos a las Obras Sociales de 46 sindicatos, lo que se suma a los 7.000 millones que ya se otorgaron a lo largo de todo el año 2020. En un contexto de restricciones presupuestarias, los fundamentos de estas decisiones resultan de difícil explicación.
En el Sistema Público, por su parte, están pendientes la necesidad de avanzar en la recuperación de una rectoría efectiva del Ministerio de Salud de Nación más allá de la pandemia, la puesta en marcha de una paritaria nacional de Salud que ponga un piso de derechos para lxs trabajadorxs de todas las jurisdicciones y niveles, la asignación de presupuestos sustancialmente superiores a los actuales y la decisión política de garantizar efectivamente el derecho de la población, cualquiera sea su situación y ubicación geográfica, a una atención de salud de calidad, con una mirada colectiva y comunitaria.
El Consejo Directivo Provincial que sesionó el viernes 22/1 intercambió al respecto, tomando la resolución de continuar profundizando el debate para poder elaborar propuestas, en la convicción de que somos lxs trabajadorxs de la Salud y sus organizaciones, junto a otros actores del campo popular, quienes deberíamos tener un rol fundamental en estas discusiones. Se hace imprescindible una convocatoria amplia que incluya, en forma preponderante, a quienes sostienen a diario el funcionamiento del sistema. La pandemia, con sus graves consecuencias, brinda también una oportunidad que no debería desperdiciarse.