EDITORIAL
Una pandemia en plena expansión
La pandemia no deja de causar estragos en nuestro país. Como ha venido sucediendo en la mayoría del planeta, pero con particular desarrollo en Latinoamérica en este tiempo, se propagan los contagios en la población con la consiguiente afectación de los grupos más vulnerables, que ven dañada su salud en forma significativa y que en ocasiones termina con su vida. Cada día nos anoticiamos de nuevos récords en cantidad de infectadxs, con la situación de la difusión del virus más allá del ámbito metropolitano y números crecientes en diversas provincias y ciudades que hasta hace pocas semanas no tenían casos.
El desarrollo de la epidemia viene teniendo características similares a las de otros países. Al inicio con un mayor compromiso en los grandes conglomerados urbanos, siguiendo con su expansión al resto de los territorios, cuestión que sigue observándose incluso en el hemisferio norte, particularmente asolado en los primeros meses del año. Es muy preocupante que un nivel de contagios masivos en lugares relativamente pequeños, con menor disponibilidad de servicios sanitarios, pueda provocar aún más perjuicios que en las grandes ciudades donde, aún con las deficiencias históricamente señaladas, hay mayor capacidad relativa de respuesta.
Algunos anuncios de las autoridades sanitarias de la provincia de Buenos Aires y CABA durante la semana parecieron, al menos, apresurados. Dar a conocer la perspectiva de una baja en la tasa de contagios y una estabilidad en la evolución de los casos no se emparenta con lo que sigue ocurriendo en el AMBA. Más allá de que es cierto que ya no sólo es el ámbito metropolitano el comprometido, lejos estamos de haber dado un paso adelante en el control de las infecciones en ciudad de Buenos Aires y conurbano bonaerense. La persistencia de una alta ocupación de camas en los sectores críticos de los efectores, tanto públicos como privados, demuestran lo contrario a esas afirmaciones.
Fuimos críticos de la flexibilización temprana de la cuarentena y la falta de sostenimiento económico-social de la misma. En este marco, la continuidad de la apertura de actividades, en particular en la ciudad de Buenos Aires, así como la gran movilización de personas en medios de transporte y en la vía pública, no contribuyen en nada a la disminución del problema. La decisión de abrir diversos rubros independientemente de la evolución de la pandemia, poniendo a los intereses sectoriales por sobre los sanitarios, repercute en la salud de la población, exponiéndola a una mayor posibilidad de padecimientos. Las dificultades en brindar los cuidados necesarios en hospitales y centros de salud ante el crecimiento de pacientes afectadxs son la consecuencia de ello.
Desde el comienzo de la emergencia, venimos manifestando la necesidad de volcar los recursos que se requieran para fortalecer el sistema sanitario. Padecemos años de desinversión, presupuestos a la baja y desinterés en la Salud Pública. En el último año, sufrimos los montos presupuestarios más bajos para el área, tanto a nivel nacional como provincial. En ese contexto, se hace imprescindible promover modificaciones estructurales que lleven a la Salud al lugar que nunca debió haber dejado, propio de su importancia en el arco de las políticas sociales prioritarias.
Desde CICOP, entendemos que los recursos deben provenir de decisiones políticas que graven las grandes riquezas y las rentas, que definan como fundamental el pago de la deuda interna por sobre la externa y que modifique el actual esquema tributario, de un claro sesgo regresivo. También se hace necesaria la reasignación de partidas, habida cuenta de la emergencia sanitaria y el requerimiento de mejores condiciones para el sistema. Aunque demorada, la iniciativa de impulsar el tributo a las más importantes fortunas del país, en un momento en que se requieren fondos para hacer frente a la realidad, asoma como bien necesaria.
La crítica situación en la provincia de Buenos Aires
Como manifestamos, la provincia de Buenos Aires sigue siendo epicentro de la pandemia, con nuevos casos que en varios días de la semana han superado los 6.000 contagios y un alto porcentaje de ocupación de las camas críticas. Si eventualmente este fuera el mayor registro, la persistencia en el tiempo y el número elevado aseguran importantes dificultades para las próximas semanas. Esto debe correlacionarse con la capacidad instalada para brindar respuestas y, como motivo de gran preocupación, el desgaste de los equipos de salud, agudizado por la escasez de recursos humanos y la extensión temporal.
Antes del inicio de la pandemia, CICOP planteaba que se requerían no menos de 2.000 nuevos profesionales para ingresar al sistema provincial. La incorporación de unos 700 trabajadorxs de la Ley 10.471 entre marzo y la actualidad es claramente insuficiente, sobre todo si tenemos en cuenta que muchxs de ellxs salen constantemente de la asistencia a partir de contagiarse o ser contacto estrecho de personas positivas. Es el verdadero cuello de botella actual, el real colapso que padece la situación sanitaria. Sin resolverlo, seguiremos padeciendo la imposibilidad de una atención adecuada.
Además, venimos manifestando la grave problemática que emana de la decisión ministerial de no haber otorgado licencias para el personal perteneciente a los grupos de riesgo. Eso ha generado que buena parte de los fallecimientos de lxs trabajadorxs de la Salud haya sido en quienes tenían enfermedades asociadas. Durante la semana, la Dirección Provincial de Hospitales envió a los establecimientos una recomendación para conformar comisiones que evalúen las situaciones del personal con comorbilidades en el rango etario de 50 a 60 años. Más allá de ser un reconocimiento de los reclamos realizados por CICOP desde el principio, se hace indispensable revisar el tema.
En primer lugar, la problemática no fue abordada por el Comité de Crisis central, cuestión planteada en la reunión del jueves 27. Además, la idea de poner en consideración situaciones que son definiciones concretas como enfermedades crónicas asociadas a más riesgo, pone en duda la voluntad de resolver los problemas. Finalmente, se torna imprescindible la representación sindical en esa eventual comisión para monitorear las decisiones que se impulsen. Debido a todo ello, nuestra delegación solicitó su tratamiento específico en la próxima reunión del Comité.
El Ministerio de Salud informó que ya alcanzamos los 13.000 trabajadorxs de la Salud contagiadxs en la provincia de Buenos Aires, siendo unos 5.000 del estamento público provincial. También, al jueves 27, debíamos lamentar 56 fallecidxs, número que siguió incrementándose en los días siguientes. Una situación dolorosa, en muchos casos evitable, que provoca gran angustia y desasosiego en quienes vienen poniendo el cuerpo día a día en la tarea cotidiana. Y que genera un desgaste adicional al de por sí agotamiento psicofísico que ocasiona nuestro trabajo y que no es reconocido como se debiera.
Hacia una nueva Jornada Nacional de Lucha
El Gobierno provincial sigue sin llamar a la paritaria a la que se comprometió en el acuerdo de abril de este año. Debió haberla convocado en el mes de junio. Allí debíamos volver a discutir salarios y condiciones laborales, dando continuidad al consenso parcial alcanzado. Un salario inicial de $ 46.800 nos coloca lejos de las valoraciones que se esgrimen en los discursos mediáticos. La referencia elaborada por la Junta Interna de ATE-INDEC es de un mínimo de $ 70.600, notoriamente distante de un salario atractivo que permita a quienes podrían ingresar al sistema convencerse de ello.
Asimismo, el resto de los ítems pendientes de resolución también son motivo de discusión paritaria. La confirmación de las incorporaciones de lxs residentes que egresan en 2020, la ampliación de cargos disponibles para los diversos establecimientos, la definición de designaciones y funciones ganadas por concurso y largamente demoradas, las deudas en relación a un abordaje integral de nuestra situación previsional, el avance del nuevo Reglamento de las Residencias constituyen, entre otras, problemáticas que deben tener tratamiento y respuestas definitivas.
El Consejo Directivo Provincial, en su reunión del viernes 28 de agosto, además de definir la convocatoria a Congreso electoral para el 2 de octubre, confirmó la Jornada de Lucha a llevarse a cabo en la segunda semana de setiembre, a partir de la falta de respuestas oficiales y al listado de temas que conforman el núcleo de reivindicaciones de nuestro sector. Convocatoria paritaria para discutir salarios y condiciones laborales, incorporación de personal con cargos genuinos y licencias para lxs trabajadorxs de los grupos de riesgo encabezan la larga lista de demandas.
A la vez, promoveremos darle alcance metropolitano a partir de acuerdos a impulsar en la Mesa de Organizaciones de Salud del AMBA y dimensión nacional a expensas de consensos con los sindicatos que componen FeSProSa Línea Histórica. Allí expresaremos fuertemente las demandas de miles de compañerxs, insistiendo en que la esencialidad tiene poco de realidad si no se acompaña de reconocimiento y dignidad como trabajadorxs. Ante un momento extremadamente complejo, CICOP continuará bregando para que se haga realidad una Salud Pública con derechos para el personal sanitario y para la población en su conjunto.