n el día de hoy la ISP, con la firma de su secretaria general Rosa Pavanelli, ha convocado a todas sus afiliadas a movilizarse el 4 de febrero. Para ese día, está prevista la firma del Tratado Transpacífico (TPP) en Nueva Zelanda, después de siete años de negociaciones secretas signadas por el lobby de las multinacionales. La ISP sostiene que el tratado vulnera la soberanía nacional al implantar cláusulas que limitan el poder de regulación de gobiernos y parlamentos en favor de las multinacionales. El tratado crea un tribunal extraterritorial de solución de controversias que significa un brutal menoscabo para las justicias nacionales. Sólo las filtraciones a través del wikileaks permitieron romper el secretismo y acceder a parte de las 5000 fojas de la que consta el tratado. En particular, con respecto a la salud, la ISP sostiene lo siguiente:
El TPP limitará el acceso a los medicamentos necesarios. Médicos Sin Fronteras ha descrito el acuerdo como «el pacto de comercio más dañino jamás realizado en contra del acceso a los medicamentos en los países en desarrollo». La cláusula sobre patentes, impuesta por las corporaciones farmacéuticas, significará que los medicamentos sólo serán accesibles a un gran costo para los contribuyentes o individuos después de muchos años de su lanzamiento. Incluso el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, un fuerte promotor del acuerdo, ha admitido que el TPP provocará un aumento en los costos de los medicamentos para el público en general. El acceso a medicamentos esenciales y la capacidad de los gobiernos de decidir qué medicamentos se subvencionan son componentes importantes de las políticas universales para el
cuidado de la salud. El TPP amenaza la salud como un derecho humano, poniendo a las ganancias por encima de las personas.
El aumento de los costos de los medicamentos impactará sobre las finanzas públicas y aumentará la deuda pública, que el sector privado utilizará como justificación para una mayor privatización y austeridad. El TPP minará la legislación de salud pública. El acuerdo exige a los gobiernos crear un mecanismo formal para dar entrada de la industria del tabaco. Esto está en franco contraste con el tratado del tabaco de la OMS, que insta a los gobiernos a proteger su legislación de la influencia corporativa. Este acuerdo prioriza claramente el comercio sobre la salud y hará que, para los gobiernos, legislar en materia de salud en favor del interés público sea cada vez más difícil.
La FESPROSA, en conjunto con el Colectivo Andrés Carrasco y otras organizaciones sociales, movilizará el 4 a las 17 horas a la embajada de Nueva Zelanda, situada en Carlos Pellegrini al 1400, CABA. Lo hará en coordinación con gremios hermanos de la ISP del Cono Sur y organizaciones sociales y de profesionales y trabajadores de la salud del Perú.
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