Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia. Es importante destacar que el lema de este año es «Promover y sostener la lactancia al volver al trabajo», por lo cual es fundamental poder visibilizar y defender este derecho, pensando esta práctica en términos de diversidad y con perspectiva de género.
La lactancia no es solo materna, lo cual plantea un desafío para el equipo de salud y para toda la comunidad, y pone de manifiesto que se requiere ampliar la mirada para colaborar en que la lactancia sea un hecho, garantizar el derecho y lograr contribuir a la soberanía alimentaria.
Cuando hablamos de lactancias, hablamos de prioridades, de deseos y de derechos:
- La lactancia humana es reconocida como un derecho, tanto para las mujeres y personas con capacidad de amamantar como para los y las lactantes; y es el Estado y su sociedad quienes deben promoverla y garantizarla.
- La lactancia es la manera natural y soberana para alimentar a un niño/a, que favorece el vínculo afectivo y apego de la persona recién nacida, el contacto piel con piel.
- Es un proceso de decisión libre y de elección autónoma de las personas con capacidad de amamantar, una vez que ha sido adecuadamente informada sobre los beneficios para sí mismo/a como para el niño/a, apoyada en sus necesidades personales.
- Es una de las intervenciones sanitarias más costo-efectivas en salud pública, ya que disminuye la morbimortalidad infantil y el riesgo de enfermedades crónicas y oncológicas. También se sabe que a mayor duración y exclusividad de la lactancia, más importante es el beneficio en la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Ministerio de Salud de nuestro país, se recomienda alimentar con leche humana exclusiva hasta los 6 meses de vida y continuada, complementándola con alimentación saludable, hasta los 2 años de vida o hasta cuando los/las involucrados/as en la cuestión lo decidan.
En nuestro país contamos con leyes y políticas públicas que garantizan los derechos de las personas a amamantar y ser amamantadxs, tales como la Ley N° 26.873 de Lactancia Materna y la Ley de los 1000 días (Ley 27.611 de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y Primera infancia).
Es para resaltar que según datos recabados de la 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del año 2019 cerca de un 95% de niños y niñas inicia la lactancia, pero sólo un 30% llega a los 6 meses de vida tomando pecho en forma exclusiva, y sólo un 61% de los niños/as entre los 12 y 15 meses continúan con lactancia y se reduce a un 29% a los 2 años (Indicadores UNICEF 2017).
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el mundo más de quinientas millones de mujeres y personas con capacidad de amamantar trabajadoras, no cuentan con las medidas de protección de lactancia en las leyes nacionales y sólo el 20% de los países exige a sus empleadores descansos laborales para lactar y/o espacios de lactancia. La elección de la lactancia debe ser libre y un derecho, independientemente del lugar de trabajo o sector.
Estos datos deben interpelarnos y hacernos reconocer que debemos repensar y trabajar en conjunto el Estado, los sindicatos y la sociedad a fin de lograr implementar políticas que garanticen el derecho a la lactancia y que conduzcan a generar igualdad de género. Es esencial el rol de les profesionales de la salud para acompañar y apoyar la continuidad de la lactancia, así como el del Estado para lograr generar políticas públicas que protejan y promuevan la lactancia.
Es por esto que impulsamos y promovemos políticas de Estado que garanticen el derecho a una lactancia con perspectiva de género, tales como:
- Ampliación de las licencias de maternidad y del corresponsable parental no gestante
- Presencia de espacios de lactancia en todos los lugares de trabajo
- Presencia y ampliación de los jardines parentales
- Información actualizada y trabajo interdisciplinario por parte de los y las profesionales de la salud
- Garantizar la figura de la puericultora que brinde asistencia en el sistema de salud
Es superador el pensar la lactancia como una práctica de salud desde una perspectiva de género y derechos, guiada por el deseo de cada persona y/o grupo familiar y reflexionar de forma colectiva que la lactancia humana, la alimentación saludable y la crianza son una responsabilidad comunitaria y del Estado.
Por último, les acercamos una encuesta con respecto a la situación en cada una de sus instituciones laborales del Estado de los jardines parentales y de los espacios de lactancia con el propósito de conocer la realidad para lograr transformarla en clave de derechos y salud pública. Hemos avanzado mucho en los últimos años en la ampliación de las licencias y derechos, pero sabemos que aún nos faltan más y que es justo y necesario.
Completar encuesta: https://docs.google.com/forms/d/1cbRIjGfWm1adlfvV0JPRUY9AaRgQRZV0TB2bhgXHA4Y/viewform?chromeless=1&edit_requested=true&utm_admin=51383
Impulsemos y fortalezcamos la lactancia
Proteger la lactancia es una responsabilidad compartida
Hagamos posible nuestro derecho