1 de agosto de 2022
La Semana Mundial de la Lactancia se celebra en cada comienzo de agosto desde 1992. Esta iniciativa, impulsada por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF, tiene como objetivo reivindicar a la lactancia humana como uno de los pilares más importantes, no sólo en la salud de lxs niñxs y sus progenitorxs, sino también en la salud pública.
La lactancia no es un asunto solo de las mujeres, sino también de otras identidades sexo -genéricas. Ya es tiempo de dejar de denominarla “materna” para hablar de lactancia humana o simplemente de lactancia o lactancias. Es necesario romper estereotipos, superar las miradas binarias y heteronormativas en pos de acompañar a quienes hayan decidido amamantar.
La lactancia no es una obligación, sino un derecho de las familias y de lxs niñxs. Para poder sostenerla, es necesario activar las diferentes redes: de las parejas, de las familias y de todos los entornos, incluyendo los laborales, que deben adecuarse y propiciar ambientes que contribuyan a esta tarea.
Llevar adelante una lactancia natural o no es una decisión individual que debe ser respetada y acompañada sin juzgamientos y sin imponer culpas. No hay razones más válidas que otras para no hacerlo o dejar de hacerlo, el deseo (o no-deseo) es suficiente. Pero cuando se desea y no es posible, es momento de levantar la voz.
El Estado debe garantizar los derechos de las personas a amamantar y ser amamantadas y es el responsable de generar políticas públicas de promoción y protección de la lactancia.
Las licencias por alimentación y cuidado de niñxs, es uno de los derechos laborales que debe estar garantizado sin obstáculos ni limitaciones. Los cambios en el régimen de licencias vigentes a partir de este año para el personal de las Leyes 10.430 y 10.471, incluyendo a residentes provinciales es producto de un reclamo histórico de CICOP y otras organizaciones gremiales, lo que implica un avance muy importante en materia de derechos.
La nueva licencia para el cuidado de la persona recién nacida, que suma un período de 45 días al finalizar la licencia por nacimiento, propicia el bienestar físico y psíquico de la persona gestante, fortalece el vínculo familiar y favorece el sostenimiento de la lactancia. Si ambos progenitorxs trabajan en la administración pública de salud, la persona gestante tendrá derecho a optar cuál de ellxs gozará de dicha licencia, pudiendo incluso fraccionar la misma y hacer coincidir una parte o su totalidad con la licencia por parto.
Con esta posibilidad no deberían recaer en las mujeres y disidencias, en forma obligada, las tareas de cuidado, por lo menos en las primeras semanas de vida de sus hijxs.
Esta ampliación de derechos debería ser extensiva a todxs los demás trabajadorxs de la salud tanto de la administración pública municipal como nacional.
En nuestros ámbitos laborales, donde la mayoría son personas con capacidad de amamantar no existen espacios adecuados para poder realizarla o para la extracción de la leche, ya que no contamos con lactarios o con jardines parentales.
La falta de los mismos implica grandes dificultades para conciliar la vida laboral con la responsabilidad de alimentar a su hijxs. Muchas veces esa dificultad implica un detrimento en la alimentación de lxs niñxs.
Exigimos lactarios para lxs trabajadorxs, así como jardines parentales que favorezcan la alimentación de sus hijxs mientras que desarrollan su trabajo.
El Estado tiene la obligación, a través de políticas sociales inclusivas y con perspectiva de género, de respetar este derecho de las/les trabajadorxs, protegerlo, promoverlo y apoyarlo.
Secretaría de Política Sindical de Géneros, Mujeres, Diversidades y Disidencias de CICOP