La Comunidad de Madrid anuncia la privatización total o parcial de todos los hospitales y del 10% de los centros de salud. Más de 100
centros sanitarios mantienen encierros de protesta, se han organizado marchas multitudinarias y se han convocado varias huelgas.
Se llama “Plan de medidas de garantía de la sostenibilidad del sistema sanitario público de la Comunidad de Madrid”, pero su aplicación en 2013 implica el desmantelamiento de un plumazo de lo que hasta ahora era el sistema madrileño de sanidad pública. Presentado el 31 de octubre, el plan, implica un recorte del 7% en un presupuesto que es más bajo que la media del resto de las comunidades y prevé privatizar totalmente los 6 hospitales semipúblicos construidos en los últimos años. Privatizar parcialmente el resto de hospitales mediante la externalización de los servicios no sanitarios, privatizar el 10% de los centros de salud, cerrar el Instituto de Cardiología y centralizar servicios, como los laboratorios, que se concentrarán sólo en 4 hospitales.
Asimismo, se privatizarán la Lavandería Central Hospitalaria y la Unidad Central de Radiodiagnóstico. El plan incluye también el pago de un euro por receta, una medida de repago farmacéutico.
“La política del Gobierno de la Comunidad es privatizar y las empresas quieren que la sanidad sea rentable”, dice Juan Domingo García, portavoz de los trabajadores movilizados del Carlos III, y agrega: “Las empresas que van a quedarse con los seis hospitales semiprivados prefieren tratar a los enfermos agudos, que son más rentables, y que los públicos traten las enfermedades con mayor gasto”. “Es un plan de rediseño global de la sanidad pública madrileña y el objetivo es ir hacia el modelo privatizador”, explica uno de los portavoces de los trabajadores del 12 de Octubre. La privatización y el cierre de algunos centros y servicios o su remodelación y concentración provocará una reacción en cadena de despidos y desplazamientos de plantilla. Sanidad ya ha anunciado que prescindirá del personal eventual e interino sanitario contratado. Si a todo esto se añade que en los hospitales públicos de Madrid se externalizarán los servicios no sanitarios que todavía no lo estén, entre 7.000 y 8.000 trabajadores podrían perder su empleo según la Coordinadora de Hospitales y Centros Sanitarios, creada en julio, cuando la Comunidad anunció su decisión de “extinguir” las 26 categorías de personal no sanitario (mantenimiento, lavandería, cocina…), es decir, su progresiva privatización. Allí empezaron los primeros paros, cortes de carretera y asambleas, ahora generalizados tras el nuevo envite privatizador. Luis López, de la coordinadora de Hospitales, explica que “esto es una reivindicación que va más allá de lo laboral, es una reivindicación de salud pública y es importante que los usuarios estén con nosotros”, y añade que las asambleas del 15M y las sociaciones
de vecinos se han implicado en las movilizaciones. “Esto va a poner en peligro la salud de todo el mundo. Si un tratamiento de quimioterapia de un día son más de 7.000 euros, se lo pagará el que sea más rico porque esto va encaminado a que tengamos una sanidad como en EE UU y no lo podemos consentir”, afirma L., una administrativa también portavoz en el 12 de Octubre. Antonio Gómez, de la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad (CAS), pone como ejemplo el hospital de Alzira, donde los médicos de urgencias cobran incentivos si el paciente no es ingresado, o el de Torrevieja Salud, la empresa que gestiona un hospital de esa ciudad y varios centros de salud valencianos, que incentiva a los médicos de atención primaria con hasta 24.000 euros anuales si no derivan a los pacientes a los especialistas. Madrid defiende su salud pública La Comunidad de Madrid anuncia la privatización total o parcial de todos los hospitales y del 10% de los centros de salud. Más de 100 centros sanitarios mantienen encierros de protesta, se han organizado marchas multitudinarias y se han convocado varias huelgas. “Los incentivos en el ámbito de la salud chocan con el código hipocrático. Va a haber una selección de riesgos: pacientes caros van a ser derivados a lo que quede de la pública y se van a imponer los incentivos económicos para reducir el gasto”, explica. Pero también insisten en que la privatización del personal no sanitario puede afectar, no sólo a los puestos de trabajo, sino también a la calidad asistencial. Un ejemplo práctico es el de Reino Unido, donde la externalización de los servicios de limpieza de los hospitales llevó a la reducción del número de limpiadoras de 67.000 a 36.000, lo que coincidió con un aumento en los hospitales del número de infecciones que se convirtió en récord en la U.E.
[dropcap]La medicina privada no es más barata[/dropcap] Un estudio realizado en 2010 por UGT a partir de datos oficiales demuestra que una cama de hospital en la privada cuesta el doble que en la pública. Según este estudio, los hospitales privatizados en la Comunidad de Madrid reciben una media de 200.000 euros más por cama y año de dinero público que un hospital completamente público como el Clínico, además de ofrecer una asistencia de “peor calidad” y “menor actividad clínica en procesos de alta complejidad”, que suelen ser derivados a la pública.
[dropcap]Reacciones que multiplican[/dropcap] El hospital La Princesa ha reunido 368.108 firmas contra su transformación, todos los colegios de médicos del Estado español han rechazado el plan privatizador de la Comunidad de Madrid y la marcha de cuatro columnas convocada por la Coordinadora de Hospitales el día 18 se convirtió en un “tsunami blanco” que inundó el centro de la capital. Entre tanto, la AFEM, asociación de facultativos especialistas, decidió una gran huelga indefinida desde el 26 de noviembre. Diez días después, los sindicatos de la Mesa Sectorial, acusados de “mucho tiempo de inacción” por varios de los profesionales entrevistados y eclipsados en muchos hospitales por las asambleas de trabajadores, han decidido convocar finalmente cuatro
jornadas de huelga.
Juan Domingo García, del Carlos III, agrega: “Deberíamos empezar una protesta masiva porque nos costó mucho conseguir la sanidad pública, universal y gratuita y vamos camino de que no sea ni universal ni gratuita ni pública”.