La gran incertidumbre que se cierne sobre la continuidad del sistema de Salud público tal como lo hemos conocido hasta ahora en la provincia de Buenos Aires requiere de nuestra máxima preocupación. A lo largo de su historia, nuestros hospitales y centros de salud han sido capaces de brindar asistencia de calidad a una numerosa demanda de atención, privilegiando las necesidades por sobre los intereses sectoriales, sin diferenciaciones de clases sociales, situaciones económicas, etnias ni nacionalidades. A la vez, ha sido capaz de ser una fuente inagotable de formación de recursos humanos de excelencia, quienes han brindado a la provincia y al país la posibilidad de estar entre los lugares principales en la provisión de profesionales capacitados para el cuidado de la Salud en toda la región.
Ese sistema, basado en la idea de que la Salud es uno de los derechos humanos fundamentales para el desarrollo de una sociedad, hoy naufraga con escasas posibilidades de llegar a buen puerto si no se modifican de raíz las condiciones estructurales que constituyen la complicada situación existente. La Salud Pública viene sufriendo desde hace años un proceso de desfinanciamiento, fragmentación y desjerarquización de los recursos humanos producto de políticas de ajuste que hoy se profundizan y agravan la coyuntura actual. La expectativa que en algunos sectores pudo generar un cambio de rumbo en la conducción de la política provincial no se ha visto reflejado ni de cerca en la Salud, sometida a presupuestos misérrimos, con funcionarixs que apenas han pisado los servicios de Salud y que lejos están de comprender la gravedad de la crisis en curso.
En este contexto, se hace indispensable un vuelco de 180 grados en las decisiones que se han adoptado en este tiempo de gestión. CICOP definía hace unos meses la salida de Zulma Ortiz como el fracaso de las políticas sanitarias del gobierno de María Eugenia Vidal; y aseguraba que no alcanzaba con un cambio de nombres si no se corregían rotundamente los motivos que originaron ese traspié. La llegada de un nuevo Ministro, Andrés Scarsi, ha traído aparejada otra delegación de nuevxs funcionarixs que, en su mayoría, desconocen el funcionamiento ministerial, así como las circunstancias que hoy asolan al sistema. No será así como vamos a resolver los acuciantes problemas que tenemos por delante.
La paritaria y un cumplimiento parcial
El acuerdo paritario alcanzado con el Gobierno provincial hace unas semanas se ha cumplido sólo en parte. El pago del incremento salarial acordado se ha efectivizado, aguardando su continuidad con el porcentaje final anual en el mes de octubre. Hemos tenido una primera reunión con la temática Recursos Humanos como centro, en donde las autoridades se han comprometido a traer respuestas a un próximo encuentro en dos semanas, sin avances sustanciales en todas las cuestiones planteadas. Mientras tanto, el gran déficit sigue siendo la lenta interinización de lxs becarixs, con un número muy menor al estipulado.
El CDP del viernes 8 de setiembre decidió iniciar la Campaña “Vidal firmá” y que, si la demora en los nombramientos persistía, llevaríamos a cabo una Jornada de lucha de carácter provincial para manifestar nuestro reclamo de una inmediata aceleración en las designaciones y en demanda del cumplimiento completo de lo que se firmó en la paritaria. La responsabilidad de la Gobernadora Vidal es innegable, como máxima autoridad de Gobierno y como indispensable participante en el proceso de las incorporaciones.
En función de ello, con sólo 96 profesionales ingresados al sistema hasta el momento, el miércoles 20 realizaremos la jornada de protesta, con asambleas y acciones locales en diversos establecimientos. Será el primer paso de una demanda que tendrá su continuidad si no se cumplen los compromisos consensuados. CICOP insistirá por todos los medios a su alcance en que lo que se acuerda se debe cumplir y que, si ello no ocurre, el Gobierno es responsable.