El régimen sanitario pasa por una situación terminal y no se hallan respuestas acordes por parte de las autoridades para solucionarlo. Las necesidades de la población alejadas de las decisiones de los dirigentes
Hace unas décadas atrás, los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires eran un ejemplo a seguir por Latinoamérica, no solo por su calidad profesional, sino también por su grado de complejidad. El tiempo pasó y la decadencia se hizo presente en un sistema que supo ser orgullo nacional y que hoy se encuentra entre os peores del continente.
La crisis social que vive el país ha estallado con creces en el hospital público. El kirchnerismo instaló en la miseria a millones de argentinos, que optaron por el sistema de salud estatal como la única manera de poder atender sus necesidades, acrecentando aún más el área de cobertura social de los nosocomios dependientes del gobierno provincial.
Los establecimientos sanitarios recorridos por Hoy muestran un estado de destrucción muy grandes, habiéndoseles producido pequeños arreglos en sus fachadas en los últimos años, pero haciéndose muy poco para mejorar la deteriorada atención que se les brinda a los pacientes que recurren allí para su atención.
Situación terminal
La eterna deuda que se tiene con la salud pública, es uno de los mayores problemas que heredó Cambiemos del kirchnerismo, mostrando una situación angustiosa que todavía no se ha revertido con la elaboración de un plan estratégico en la materia que sirva para salir del estancamiento en el que se encuentra.
En diálogo con Hoy, el presidente de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop), Fernando Corsiglia, señaló que “hay una situación de crisis terminal en el sistema de salud de la provincia, y es notable la falta de respuestas que venimos teniendo por parte de las autoridades”.
Para el profesional médico, “venimos de una grave crisis que no es de ahora, sino que viene de arrastre de varias décadas. Estamos en una situación con cierres de servicios, guardias que no funcionan, que son faltas de respuestas a la salud de la población y eso va en grave desmedro de la sociedad”.
“La debacle en la provincia en materia sanitaria y de Salud es gravísima. Hay muchos problemas en recursos humanos, sobre todo en personal profesional, lo que implica servicios y guardias cerradas o descubiertas, y estamos esperando respuestas para que se aborden los graves problemas de insumos e infraestructura”, destacó Corsiglia.
La provincia de Buenos Aires cuenta con el presupuesto de Salud más bajo del país, con poco más del 6%. El mismo porcentaje destina el gobierno porteño, pero en territorio bonaerense existen más del doble de establecimientos, con tres veces más de pacientes, casi cuatro veces más de población hospitalaria, y casi cinco veces más de ciudadanos con las necesidades básicas insatisfechas.
Situación crítica la que atraviesa la Salud pública, con un enorme déficit en su atención a la sociedad, que sumerge al sistema en un caos con camino directo a una rampa de pendiente negativa, con consecuencias todavía impredecibles de cara al futuro cercano.
Violencia social creciente
La realidad social ha cambiado con el correr de los años, y hoy la violencia que se ve en las calles se reproduce en las instalaciones de los hospitales públicos.
Profesionales de los diferentes nosocomios visitados por Hoy, advirtieron que una de las causas en el deterioro de la atención, se debe a que los médicos y enfermeros no quieren realizar guardias por la alta peligrosidad que ello conlleva.
La violencia social se ha trasladado a los centros de salud, y razón de eso son los constantes hechos de inseguridad que pueden observarse, con trabajadores agredidos en sus lugares de trabajo por delincuentes que han ido a atenderse a los establecimientos públicos.