Profesionales y pacientes reflejaron la odisea que viven cuando buscan una atención sanitaria por la falta de insumos, de equipamiento para las prestaciones y de médicos de diferentes áreas.
La falta de insumos, de aparatología y de médicos para cubrir las guardias es el combo que afecta a las miles de personas que intentan -a veces sin éxito- atenderse en los 80 hospitales bonaerenses, situación que se agrava cuando los propios profesionales de la salud son agredidos verbal y físicamente por familiares de pacientes.
Estos actos de violencia se generan a partir de los problemas de atención a la gente, que incluso ha sufrido la reprogramación de cirugías, en un área sensible, donde se puede decidir la vida y la muerte.
La crisis está instalada en el común de los nosocomios, pero se siente más fuerte en algunos. Tales son los casos del Fiorito (Avellaneda), que tiene cerrado el servicio de neonatología; el Erill (Escobar), donde no funciona un elemento básico como el tomógrafo; y el Eva Perón (General San Martín), que cuenta con una escasez alarmante de recursos.
Una larga lista
El panorama de estos hospitales es desalentador y a ellos se le puede sumar, entre otros, el Mi Pueblo (Florencio Varela), establecimiento que más partos realiza en la Provincia de Buenos Aires, pero cuyo personal de guardia funciona con la mitad -o una menor cantidad- de profesionales.
La coyuntura se extiende a la capital bonaerense y al distrito más poblado, ya que el Hospital San Martín (La Plata) y el Diego Paroissien se vieron envueltos recientemente en graves episodios de violencia hacia médicos a causa de la atención a destiempo.
También el interior de la provincia se ve afectado, con un caso testigo como el del Julio de Vedia (9 de Julio), donde la necesidad de sumar médicos y de mejorar la atención y los insumos, llevó a los vecinos a manifestarse y a armar una comisión pro-hospital.
En diálogo con Diario Popular, Fernando Corsiglia, presidente de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) confirmó esos déficits, explicó sus causas y advirtió que el Gobierno de María Eugenia Vidal aún no pasó de las promesas a la acción para resolver esta crisis.
Al hablar de la falta de médicos, señaló que «hay muchos lugares que están al borde, sobre todo en el período estival, donde no encontramos postulantes para la cobertura de vacaciones».
«La gente no viene por los bajos salarios y las condiciones laborales ineficientes. Por eso no es seductora la oferta. El pago inicial está en 12 mil pesos, cerca de 14 mil para quien hace guardias. Cualquier trabajo en el Conurbano de sistema público o privado está por encima de ese monto», aclaró.
Y, en el caso de que haya un postulante, el titular de CICOP indicó que los papeleos afectan el normal nombramiento de cargos: «Es tremenda la burocracia administrativa de la Provincia. Desde la designación de un profesional hasta el nombramiento interino puede pasar un año, dos o más».
Por eso, insistió en el urgente llamado a paritarias con el 40% como piso y actualizaciones salariales para atraer a los profesionales que eligen el ámbito privado. «Nos hemos reunido con la ministra de Salud, Zulma Ortiz y, si bien hubo promesas, no hay celeridad para resolver una cuestión que es urgente», reclamó.
Trabajo sin stock o con reemplazo
En cuanto a los insumos en los hospitales bonaerenses, Corsiglia reconoció que «tenemos una recurrencia de faltantes de tipo espasmódica, que hace que se trabaje sin stock».
«Desde el Ministerio de Salud dicen que encontraron una deuda con proveedores de tres millones de pesos y el retraso en el pago provoca que cuando se terminan los recursos no se repongan», expresó el gremialista.
Incluso, contó que «en ocasiones faltan medicamentos que los pacientes necesitan de forma instantánea y a veces se trabaja con reemplazos de drogas, algo que en algunos casos genera un problema adicional. Hasta se han llegado a diferir cirugías para sostener la atención de urgencia».
Bajo presupuesto
En tal sentido, Corsiglia apuntó al presupuesto que destinó la gestión de Vidal a Salud, un 6,37%, misma cifra que quedó corta en 2015.
«Cuando nos reunimos con Vidal le dijimos que éramos muy críticos de eso y ella planteó que era necesario desde el punto de vista político tener el presupuesto aprobado, pero que iba a poner readecuaciones. Por eso planteamos rever el presupuesto y que haya partidas adicionales de emergencia», resaltó.
Con respecto a las agresiones que sufren los médicos, explicó que «es una consecuencia de la escasez de médicos y de insumos básicos, que no permiten una óptima atención y no contribuye a morigerar la violencia».
Y agregó: «La policía está, pero tiene muchos huecos durante el día. Hay un acuerdo con cuidadores, pero en la mayoría de los lugares faltan o se desvirtúan utilizandolos como camilleros». «Todas estas cuestiones fueron asumidas por el gobierno como problemas a resolver, pero a casi dos meses de asumir estas instancias persisten», concluyó Corsiglia.