Las medidas responden a viejos reclamos de los médicos y trabajadores. Actualmente hay dos agentes durante las 24 horas pero dicen que que muchas veces no están. También colocarán botones antipánico.
Los disturbios del domingo en el Hospital Fiorito generaron nerviosas reuniones entre los gremios, autoridades de los ministerios de Salud y Seguridad bonaerenses y el jefe de la Policía Departamental para evitar nuevos desbordes en centros de salud. En una de esas reuniones, realizada el martes en el Fiorito, se definieron medidas para mejorar la seguridad, como la instalación de un botón antipánico en la guardia, conectado con la Policía del hospital, y un nuevo protocolo que se va a aplicar en todos los hospitales de la zona (Lanús, Avellaneda y Lomas de Zamora) a partir de ahora: cuando haya incidentes, las denuncias al 911 o a la comisaría no las hará más el personal hospitalario; directamente se encargará el personal policial a cargo de la custodia en la guardia, es decir los dos policías que debe haber las 24 horas. Los médicos de los hospitales provinciales tienen una certeza: la mejor solución es reforzar la seguridad, por eso estaba previsto para ayer, tras el cierre de esta edición, un paro provincial por dos horas.
Fue la muerte de Jonathan Chaparro (21) el domingo tras un accidente vial el detonante de una oleada de bronca de familiares que amenazaron con romper el Fiorito (ver El accidente …), pero el malhumor social viene in crescendo y se manifiesta cada vez más seguido en guardias y salas de emergencia. “Después de lo del domingo apareció un patrullero y vemos a la policías controlando, pero no queremos que se queden sólo unos días. No alcanza con que hayan colocado cámaras”, le dijo al Zonal María Teresa Sosa, titular en el Fiorito de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud bonaerense (CICOP).
¿Hay realmente dos policías las 24 horas en la guardia de cada hospital? El titular de CICOP del Hospital Perón de Sarandí, Hernán Micali, lo niega: “No se los ve en todos los turnos. Lo que pasa es que son turnos adicionales y como no les pagan, muchos no vienen. Dependemos de la guardia privada, que al no llevar armas tienen un poder de disuasión algo acotado”. Respecto al Evita, un hospital que fue arrasado hace dos meses por familiares y allegados de Pablo Santillán (23) cuando se enteraron de su muerte, Carlos Maurtúa, de CICOP, dice: “Tras los hechos se formó un comité mixto provincial y estamos trabajando en la prevención para que la gente se ponga del lado del médico, para que haya menos virulencia”. En el Evita ya no están los refuerzos que llegaron tras los disturbios de septiembre.
El relato de gente que el domingo estaba en el Fiorito, no deja lugar a dudas de que tanto médicos como enfermeros necesitan mejoras: “De repente empecé a escuchar insultos y un camillero me pidió que me meta en la habitación donde está internada mi mamá”, recordó Marta, quien dijo que no pudo salir a fumar. “Necesitamos más seguridad estatal”, reclamó María Scarone, del CICOP del maternal Ana Goitía de Avellaneda.
La coordinadora del Programa de Prevención y Asistencia Médico Legal, Cecilia Pozzo, avaló la reunión del martes en el Fiorito: “Fue positivo para frenar tanta violencia. Va a ser muy útil que el médico no tenga que perder tiempo denunciando algo o a alguien. Además del botón de pánico para el personal de salud, que los conectará con la policía del hospital, la Policía se comprometió a que el patrullero de la comisaría pase cada dos o tres horas para comunicarse con la guardia del hospital”. Sobre la presencia de uniformados, el jefe de la Departamental de Lanús, Carlos Perillo, ratificó: “Normalmente en el Fiorito hay dos efectivos del sistema de policía adicional”.