Tuvimos una charla con Anibal Aristizábal, médico clínico del Hospital Fiorito y presidente de la seccional Fiorito de CICOP. Compartimos las partes más interesantes.
¿En qué situación está el Fiorito?
El Fiorito no escapa a la realidad de los otros hospitales de la provincia de Buenos Aires en cuanto a desabastecimiento, desinversión, descuido en cuestiones edilicias. Eso repercute en la felicidad o predisposición en cómo un profesional o un trabajador de la salud acude al trabajo.
¿Qué servicios están cerrados en el Hospital?
El caso más conocido es el de la neonatología y maternidad que están cerrados desde octubre de 2015 y solo reciben partos exclusivos y no como una situación esperable, sino los imprevistos.
Los servicios cerrados o con problemas de atención por falta de enfermería son varios: trauma y traumatología de mujeres cerraron en 2009; terapia intensiva, de 14 camas funcionan 6 o 7. La falta de camas te condiciona en todo, hay que suspender cirugías programadas; te condiciona en una epidemia como la de Gripe A que tenemos ahora donde no podemos recibir a los pacientes graves.
El gobierno no piensa poner presupuesto y no hay concurso para nuevos ingresos. Por ejemplo se jubila el nefrólogo y no hay nuevos nombramientos.
¿Cuándo comenzó esta situación?
Yo ingresé en 2009 y ya estábamos en caída libre en términos de personal. También se suma la baja del poder adquisitivo de los trabajadores en general, incluyendo a los profesionales de la salud. Ocupar las plantas es cada vez más difícil porque no quieren ocupar esos cargos por la plata que les pagan. Generalmente hablamos del éxodo al sector privado pero también se van al sector público de la Ciudad de Buenos Aires donde se paga un 60% más que los bonaerenses y esto es terrible porque es una situación de doble estándar o doble moral a la hora de remunerar a un trabajador, que es insostenible. Esto tiene que ser una bandera para pelear de ahora en adelante.
¿Cómo se deciden los paros en CICOP?
Estatutariamente la CICOP es un gremio democrático y el paro tiene que ser votado en un congreso de delegados, de congresales y tanto iniciar la medida o decidir el levantamiento es algo que se decide en asamblea. La asamblea es soberana.
¿En qué punto del conflicto están ahora?
Tuvimos un conflicto prolongado por el salario con 15 semanas, que llevamos adelante con la perspectiva de sostener lo que se iniciaba. Nuestra experiencia nos ha llevado a comprender que el paro es una medida que no se puede llevar a cabo por mucho tiempo porque puede pasar a ser una falencia y no una fortaleza cuando hay mucho desgaste. Entonces, desde mi perspectiva, siempre hay que iniciar un plan de lucha para lo que nos da la fuerza. Hoy en día en Fiorito se aceptó la propuesta del gobierno de Vidal, no por la oferta en sí misma sino por todo el proceso que tuvimos, con la visibilización de la situación de la salud en la provincia. Pero objetivamente hemos roto el techo que pusieron de 25 anual, para pasar a un 25 en agosto. El desafío está en conseguir para el segundo semestre otro aumento, junto con los estatales.
Un punto fundamental para destrabar la paritaria fue que conseguimos que se vuelva atrás con un 2% que pretendían que paguemos con el aporte a la jubilación (queda congelado hasta nuevo tratamiento). Esto era para sostener a quienes se jubilan por desgaste prematuro (con 50 años y 25 de aporte).
¿Cómo crees que va a seguir el conflicto?
Las perspectivas a mediano plazo son positivas. En el corto plazo si bien somos un medio democrático y combativo, tenemos limitaciones propias de los profesionales y a veces liberales, ya que muchos apostaron al nuevo gobierno y hoy se sienten defraudados. Pero apostamos al cambio generacional por la participación de los residentes en los conflictos. Apostamos a que estos jóvenes profesionales decidan quedarse en la salud pública para pelear por una salud más equitativa y de calidad, y por la recomposición del trabajo y el salario.
Noelia, para El roble