16 de Septiembre de 2021
Lo que hoy se conoce como “La Noche de los Lápices” fue parte de un plan represivo puesto en marcha durante la última dictadura cívico-militar.
El 16 de septiembre de 1976, grupos de tareas conducidos por el general Ramón Camps secuestraron en La Plata a Claudia Falcone (16 años), Francisco López Montaner (16 años) -ambos alumnos del Colegio de Bellas Artes-, María Clara Ciocchini (18 años) -ex alumna de la Escuela Normal Superior de Bahía Blanca-, Horacio Ungaro (17 años), Daniel Racero (18 años) -ambos de la Escuela Normal Nº 3- y Claudio de Acha (18 años) -alumna del Colegio Nacional de la UNLP-.
Todos ellos eran militantes de la UES. Pero no fueron ni los primeros ni los últimos estudiantes secundarios secuestrados en dicha ciudad. Gustavo Calotti, del Colegio Nacional (UNLP), fue llevado el 8 de septiembre. Víctor Triviño, alumno de la Escuela Media N°2 (“La Legión”), el 10 de ese mismo mes.
A su vez, el 17 de septiembre fueron víctimas de la represión Emilce Moler y Patricia Miranda, ambas de Bellas Artes (UNLP). Lo mismo sucedió con Pablo Díaz -otro estudiante de “La Legión”- el 21 de septiembre. Y hubo otros: la extensa lista está integrada por alrededor de 340 adolescentes de todo el país. Ellos continúan desaparecidos.
La dictadura cívico militar tuvo como objetivo desarticular la actividad política y reprimir y exterminar a quienes cuestionaban los “fundamentos esenciales de la Nación”. Bajo la palabra “subversivo” se denominaba a todos aquellos considerados enemigos de la Patria, quienes supuestamente alteraban el orden social y contradecían los valores e instituciones de una sociedad estructurada bajo el ideario de las Fuerzas Armadas.
El resguardo de un orden sujeto a los principios de la “civilización occidental y cristiana” y del capitalismo constituyó la justificación para la implantación de un régimen basado en el terror. Los militantes políticos y sociales, la mayoría de ellos jóvenes, fueron las principales víctimas de terrorismo de Estado.
Las juventudes a lo largo de la historia han tenido un rol fundamental en las luchas por sociedades más justas, reivindicar este día como el día de la Juventud en Argentina es reivindicar esta Lucha.