El lunes de la semana pasada, el grupo Clarín decidió cerrar, aduciendo una supuesta reprogramación productiva, la planta de AGR, dejando en la calle a 380 familias. Después de la proclama de Macri y las patronales, anunciando la generalización de acuerdos de flexibilización tomando como modelo el de los petroleros y ratificando sus intenciones de “bajar el costo laboral”, no sorprende esta conducta pretendidamente ejemplificadora cuando los trabajadores no aceptan que se les retiren derechos adquiridos.
La respuesta de los obreros fue temprana y firme: se tomó la planta, se rechazó la represión y se apeló a la solidaridad de decenas de organizaciones sindicales y políticas que acampan frente a la planta ocupada, realizándose el sábado 21 un plenario de apoyo a la lucha. Para la próxima semana, se resolvieron una serie de medidas para fortalecer el conflicto y ampliar la solidaridad, comenzando con una Jornada nacional de movilización por la reincorporación de los trabajadores de AGR el martes 24 en las empresas del Grupo Clarín en todo el país.
El CDP resolvió aportar al fondo de huelga y apoyar activamente este conflicto testigo, convencidos de que su victoria beneficiará al conjunto de la clase trabajadora.